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Por aquello de hacer vida comunitaria, me ofrecieron voluntaria para colaborar en un taller infantil. La idea me parece buena. Vida de barrio. Unos se ayudan a los otros. Se conocen… más aún. Había talleres de juegos, de música, de deportes varios. Pero no: me tocó el taller de maquillaje. Estuve días preparándome caritas de animales que había mirado en Internet. Gatos, ositos, hasta un búho. Me preparé varios maquillajes de princesa, de indios, de dráculas y otros monstruos… Pero unas horas antes del evento, una pre-adolescente, al conocer cuál sería mi función, me dijo: “yo iré para que me hagas un tribal”. Glups y re-glups. Me dio el tiempo justo de copiarme en mi libreta mágica unas cuantas formas tribales.
Una vez ante la cola interminable de menudas, comprobé que lo que a mí casi no se me ocurrió, ellas lo tenían más que claro. En lugar de animalitos (bueno, por aquello de la ley de Murphy, me cayó un conejito), de indios o dráculas, las enanas querían ser modernas y maquillarse con tribales. Todas, no falló ni una, me pidieron piercings. Algunas pinturas brillantes. Varias sucumbieron cuando les ofrecía pintalabios de brillo y algo de purpurina. Mientras, los niños, que yo pensaba que harían cola para disfrazarse de malos, jugaban tan campantes.
Conclusión, tenemos una nueva generación de futuras mujeres sometidas a los yugos de la estética. No se van a permitir (o no les van a permitir) ser como son. Quieren ser como sus heroínas, que, no hace falta decirlo, tampoco son lo que son. Las niñas no quisieron maquillarse para cambiar de personaje y dejar volar su fantasía. Las niñas, algunas de ellas verdaderamente enanas, ya quieren ser como las famosas a las que admiran, y lucir tatuajes y piercings. Las niñas no quieren ser niñas. No quieren ni jugar a ser niñas. Las niñas, ahora, las pequeñas, cuya edad se cuenta con los dedos de una sola mano, quieren ser como Britney o monstruos similares. Quieren ser sólo como el "después" que las ahoga. Como el ópalo falso de la cal.
Desde aquí reivindico las verdades. Las niñas con derecho, una vez más, a ser niñas. Para eso, quiero romper sus máscaras, las de ellas, las Britney del mundo. Las diosas de mentira...
Para empezar, tomo una de esas fotos clásicas del “antes y después”: aquí tenemos a tres de las guapas clásicas ejerciendo su papel de guapas.
Aquí tenemos a las mismas mujeres sin esas diez capas. Maquillaje ligero o inexistente, y dejan de ser diosas para ser personas. Sonrisas anchas, mayor entrega, mirada franca. Pero así, como son, no son enseñables.
Es el mismo caso el de otra diosa de la belleza, a la que, por cierto, se margina de la publicidad o se le aumenta el caché alegremente, según cómo decida divertirse en su vida personal...
Hasta a la bella Angelina Jolie, después de operada, cuando no está recién maquillada se le llegan a notar los rasgos de cansancio...
Las niñas aprenden muy pronto que las guapas de su mundo son postizas, no ríen generosamente, son contenidas, y han de mantener en todo momento una actitud altiva. Recordemos que en buena parte son el modelo de algo más del 50% de la población.
Si hablamos de la cirugía estética, la cosa ya no tiene nombre. La culpa es de todos, estoy segura. Pero ¿cómo hemos permitido que un personaje sin más valor que el de ser relativamente mona, y tras pasar por cirugías por el importe que los demás usaríamos para comprar una casa, se convierta en sex-symbol? Eso sí, supo empezar por emparejarse con famosillos hasta conseguir un nombre. Hablo de Elsa Pataky, que ha cambiado desde el color de sus ojos hasta sus dientes, pasando por sus graciosos mofletes, la forma de todo su cuerpo (virguería que parece que se llama lipoescultura). Si todo eso fuera natural, creo que, francamente, tampoco debería tener esa notoriedad. Pero siendo más falso que un duro de cuatro pesetas… En un póster de los suyos deberían poner el nombre de su cirujano en lugar del suyo. La noticia es que sigue sin haberse operado el cerebro… (por cierto, los 10.000 € de la foto tienen unos cuantos siglos: hace unos cuatro años la suma ascendía a 20 millones de las antiguas pesetas... y subiendo!).
El de la Pataky es, con diferencia, el caso que peor me cae porque le veo menos méritos que a las demás y, sobre todo, porque sigue diciendo que su “natural” belleza le ha puesto las cosas ¡más difíciles! Manda narices. Con no operarse, ¿verdad? Pero es que si a la Pataky le quitas su "natural" belleza se queda en... ¿alguien sabe si sirve para algo que no sea mostrarse?
Pero además de la Pataky, Pero además de la Pataky, la lista es interminable. Por ejemplo:
Cameron Díaz
Demi Moore
Pamela Anderson
Sharon Stone
Y Angelina, por duplicado, en sus versiones de diosa y humana.
Arriba, Nicole Kidmann, con un resultado de Más arriba, Nicole Kidmann, con un resultado de dudoso éxito, pero que indudablemente consigue imponernos. En la foto de la izquierda, Natalie Griffith: sólo hace falta comparar las sonrisas de ambas fotografías para apreciar qué se ha perdido por el camino... También, por más que se estire la piel hacia arriba, la mirada ha perdido la alegría. Las diosas parecen no tener pasiones...
Abajo, Paulina Rubio, antes y después.
Sharon Stone, antes y después de una de
sus últimas operaciones de estética.
sus últimas operaciones de estética.
Todas ellas, sin ninguna duda, son bellas. Nacieron guapas, guapísimas, monas o fascinantes, pero todas nacieron personas, de carne y hueso. Y un buen día decidieron encorsetar sus facciones, plastificar parte de su anatomía y limitar su naturalidad. Probablemente, todas ellas ya fueron en su día víctimas de ese querer ser como las diosas a las que admiraban... Sumergieron sus sonrisas bajo kilos de maquillaje hábilmente administrado, o pasaron por el quirófano una y otra vez. Algunas (en eso hay que decir que también algunos) corrieron el riesgo y perdieron, y se les quedó para siempre el rostro completamente inexpresivo. No inexpresivo a lo diosa. Inexpresivo a lo figura de cera. Todos conocemos algunos casos. La mayoría fueron borrados de la escena.
Y a todo ello, le podemos añadir aún las posibilidades del photoshop, que hacen que encima parezcan más delgadas, con dos tallas más de sujetador, que se hayan pasado la plancha por el cutis esa mañana y que hayan bajado un trozo de cielo para ponerse en los ojos... Aquí se puede ver cómo, con un mouse como herramienta, se ha esculpido el cuerpo de Mariah Carey para que apareciera irresistible en la portada de la revista.
A Jessica Alba, icono sexual, le han recortado torso, cintura, caderas, piernas, brazos... Le han aumentado el volumen de los senos, se los han realzado, y la han iluminado. De una persona con un tipo excelente, han construido una imagen de formas imposibles.
La modelo Tyra Banks y la sexy actriz Kelly Clarkson, sufren una transformación tal que las convierten en figuras distintas.
Esta modelo, para ocupar el espacio de una portada, es retocada en múltiples detalles, pero es particularmente llamativo cómo se le modifica el volumen y la forma de sus senos.
El resultado es que las pequeñas, sobre todo ellas, admiran de forma desmesurada a personajes que no son en absoluto reales. Quieren tener la constitución minimalista de las modelos –la mayor parte de las cuales sufren lo indecible para mantener ese peso que apenas ofende a la gravedad−, los senos, grandes y mirando siempre al cielo, como las operadísimas de la tele, y el cutis como si se hubieran bañado con jabón de photoshop, ellas, que aún están en edad de usar el gel de nenuco o similares. Aún les falta para llegar a la adolescencia y ya están sufriendo por considerarse horribles. Desprecian su frescura natural, su potencial de alegría, su inteligencia, su sensibilidad, y luchan por negarse aquel helado o un refresco. Tendrán durante mucho tiempo o para siempre esa lacra interna, hecha de la hipocresía que les da nuestra sociedad: no seáis anoréxicas, que es malo, pero ver qué maravillosas son estas mujeres perfectas.
Pues bien, habría que tomar el cuerno por los toros y cambiar la información que les llega. Que se prohibiera cualquier mentira de este calibre, empezando por las formas desproporcionadas de sus muñecas. Ningún anuncio con ninguna operada, especialmente en la calle y en el horario infantil de televisión. Ningún maniquí de tallas extremas.
De alguna forma habrá que cambiar este sometimiento absurdo de las mujeres a los cánones estéticos más férreos. No sé si es una forma más de falocracia o, como en tantos otros casos, lo que inician los hombres, las mujeres lo continúan multiplicado por diez. Parece evidente que los hombres también son mucho más exigentes con las formas de sus amantes masculinos de lo que lo son las mujeres heterosexuales. Pero por ahora no se ven cientos de adolescentes masculinos suplicando por ponerse prótesis con forma de músculo abdominal. No consigo explicarme cuál debe de ser la razón para estos extremos, pero sé que no vamos bien...
Pues bien, habría que tomar el cuerno por los toros y cambiar la información que les llega. Que se prohibiera cualquier mentira de este calibre, empezando por las formas desproporcionadas de sus muñecas. Ningún anuncio con ninguna operada, especialmente en la calle y en el horario infantil de televisión. Ningún maniquí de tallas extremas.
De alguna forma habrá que cambiar este sometimiento absurdo de las mujeres a los cánones estéticos más férreos. No sé si es una forma más de falocracia o, como en tantos otros casos, lo que inician los hombres, las mujeres lo continúan multiplicado por diez. Parece evidente que los hombres también son mucho más exigentes con las formas de sus amantes masculinos de lo que lo son las mujeres heterosexuales. Pero por ahora no se ven cientos de adolescentes masculinos suplicando por ponerse prótesis con forma de músculo abdominal. No consigo explicarme cuál debe de ser la razón para estos extremos, pero sé que no vamos bien...
Se consiguió que los personajes que fumaban dejasen de resultar atractivos o más fuertes o más misteriosos o lo que fuera. Ahora hay que dar otro paso, porque lo que sucede ahora, no sólo es indigno para el conjunto de las mujeres, no sólo es tremendo para cada una de esas víctimas, sino que es toda la sociedad que se pierde su capacidad para ser felices y hacer felices a los demás.
Quisiera desterrar de todas aquellas niñas, preciosas todas, la idea de emular a las falsas diosas de plástico. Quisiera desterrar de ellas el sueño de ser de una perfección altiva, rígida y de sonrisa contenida. Quisiera borrarles sus futuras obsesiones por dejar de ser ellas mismas. Y quisiera, que es lo peor, también borrarlo de mí misma, que lo aprendí de mi madre; y de mi madre, que con sus incipientes arrugas, sus curvas paulatinas y su sonrisa gigante es, también, guapísima.
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Y de nuevo Jennifer López, antes y después de calzarse la divinidad...
19 comentarios:
Asi como el post de ayer lo veia clarisimo este es que creo que es imposible que cambie. LO de los anuncios y esas cosas estan bien pero como vas a conseguir que dejen de obsesionarse por la belleza? Es verdad que con los hombres hay mucha mas flexibilidad pero se4guramente es porque ellos son mas fisicos en una primera atraccion. Esta muy bien cuestionarselo pero cambiarlo eso ya es otra cosa.
Por cierto, me he quedado blanca viendo los antes y despues. Hay cada uno que es que parecen personas distintas. Y no habia pensado nunca en lo de la sonrisa y la mirada. Muy aguda.
Susana, me disparaste una idea que jamás se me había pasado por la cabeza, que da para una tesis y surge de tu entrada: hablás de la "constitución minimalista" de las diosas falsas y ese "minimalismo" es el mismo que, con idas y venidas, se impuso y se impone todavía como canon estético en otros territorios (la literatura, la arquitectura, el cine). Esto sería algo así como la máxima maniobra operativa del minimalismo: perpetuarse en la cara desfigurada de una mujer. Tu recurso al antes/después no podía ser más preciso. De esas desfiguraciones no alcanza con hablar: hay que verlas. El problema es que las niñas las vean y digan que las mujeres de plástico les van mejor. Como la criatura martirizada por la anorexia que insiste en su gordura. ¿Por qué no sabemos envejecer naturalmente y nos colgamos tamañas máscaras? Porque el mercado lo exige y nosotros cedemos a los imperativos del mercado, perpetuándolo. Creándolo. Porque ahora existe el mercado "teen" de las pre-adolescentes y pareciera que en la preadolescencia muchas adultas quisieran quedarse. Supongo que ha de haber muchos agujeros internos allí donde a las marcas externas se las maquilla con bótox y colágenos. Y las mujeres corremos a consumir, usando la parte del cuerpo que menos rédito auténtico nos ha dado (la de la cintura para abajo), en lugar de aplicar la más preciada (la del cuello para arriba). A Barbie deberían retirarla a escopetazos de las jugueterías, junto a su novio, sus cocinas, sus terrazas al aire libre y sus baratas posesiones. Porque para todo eso alcanza solo con el dinero y si solo alcanza con el dinero no vale demasiado. Una que no ha decidido remendar su cuerpo espera el Capítulo III y anticipa el enorme placer de su lectura. Besos de verduga de Barbie.
Gracias por tu comentario, Kanela. Lamento decir que yo tampoco tengo idea de cómo cambiar las cosas. Por ahora, empiezo por pensarlas en voz alta, por si alguien me quiere acompañar.
Los después, Kanela, en realidad sí pertenecen a personas distintas. Compartirán código genético. Pero si a una persona la desposees de su sonrisa, de su mirada, por esos medios tan artificiales, lo que te queda es un autómata que aprendió a mostrarse bello por fuera. O algo similar.
Gracias por tu comentario. Un abrazo
Mariel, admirada verduga de Barbie, gracias por tu clarividencia mental enviada a esta verduga pero también víctima de Barbie, que reconoce en su hondo llevar al enemigo dentro. Quisiera exorcizarlo, pero ahí anda: en la leche mamada, en los 'después' que me han inscrito en el código genético, y que menosprecia lo que bulle bajo los senos, si ellos deciden no miran al cielo. Las válvulas de mi corazón andan repartidas: la que envía la sangre oxigenada odia sentirse mal por no usar cremas para evitar las arrugas que van a marcar las vidas que nos rompieron por dentro. La válvula que recibe la sangre contaminada cae de nuevo: que si esta camiseta disimulará formas, que si este corrector evitará que se vean las ojeras. Cuando mis insomnios son probablemente lo mejor de mí. Cuando la evidencia de lo que mejor he hecho en la vida es un signo inequívoco de que viví, sufrí, di vida, y fagocité el resultado para dejarme llevar por su belleza verdadera. Y frente al espejo, creo descubrir signos de mi natural risueño ante el mundo, y hay veces, confieso, que reniego de él.
Tu postura inequívoca de verduga hace que me saque el sombrero; de fieltro oscuro, que es el que mejor me para...
Un abrazo
Estoy convencido que los hombres somos menos exigentes que vosotras con vosotras mismas. Montones de veces he asumido que no podía entender a una novia de formas muy sugerentes que hacía dieta o evitaba a toda costa salirse de sus límites alimenticios de lo más estrechos. Nunca me ha servido hacerles notar que me gustaban tal como eran. Igual sí hay hombres que solo buscan la otra cara de la moneda de una mujer pero creo que la mayoria nos conforamamos con que nos guste si el interior es potente. Hoy me enrollo mucho pero es que he pensado muchas veces que teneis un problema. Xavi
Xavi, no hay duda: tu comentario enriquece con la perspectiva masculina este pequeño debate. Me queda la pregunta de si esta actitud crees que es tuya o bien se podría aplicar, sin errar más de lo habitual en cualquier generalización, al colectivo masculino (frente a mujeres u hombres). Me queda otra pregunta también: si tus novias sabían sobradamente que a ti te gustaban, lo de seguir persiguiendo un "después", ¿a qué debía responder? ¿Gustarse a sí mismas? ¿Gustar a las amigas? O bien, ¿pudiera ser que no te creyeran del todo?
Gracias, de verdad, por tu aportación
Mira Xavi yo creo que todos decis lo mismo. No te vayas a ofender pero todos decis que podeis querer a una talla 48 pero si os pasa una 38 por delante se os van los ojos y nosotras (no se si pasa igual entre los homosexuales la verdad) tenemos que asumir que si pudierais iriais a ver si cuela. No se nos puede culpar de que queramos ser a un tiempo vuestras parejas y vuestras fantasias.
Alguien dijo que la belleza es una promesa de felicidad. Cual es el canon de belleza ideal? Creo que no nos pondríamos de acuerdo.
Mis preferencias estéticas en cuanto a belleza humana han variado y se han ampliado con el tiempo. Francamente, los modelos actuales que vemos en el mundo del espectáculo son, a mi parecer, vulgares, encaminados a gustar a la mayoría, teniendo en cuenta las distintas franjas de edades y la variedad que ello supone. Los modelos que nos muestras están en ese conjunto banal y pasajero de la moda. No voy a entrar en la personalidad, el talento o la inteligencia, aspectos que sólo pueden apreciarse siguiendo la trayectoria de la persona. Pero la belleza, la clase, la elegancia de un ser humano, teniendo en cuenta sólo la imagen, son cualidades del ser humano a valorar, la cuestión es buscarlas allí dónde estén. Algunas tribus africanas son un buen ejemplo. No es fácil saberse adornar, mejorar aspectos físicos con elegancia y distinción, esto está reservado a muy pocos, la mayoría sólo imitamos.
Defiendo la belleza que hay en el porte del ser humano, los adornos austeros, el vestir con gusto, la naturalidad del artificio.
Se puede educar al que no tiene elegancia? La infelicidad personal se debe a no encontrarse atractivo-a? Yo creo que la insatisfacción personal es la causa más convincente de nuestras frustraciones, que para nada tiene que ver con pasar o no por la cirugía.
Tus pequeñas monstruitos, simplemente están adelantadas a tu tiempo, ya mejorarán si tienen la capacidad para ello.
Y por favor, mujeres y hombres seguid seduciendo con vuestras artimañas cuando sea el momento, así la felicidad siempre será una promesa
Pero Imaginari la elegancia es la del interior. De que sirve llevar los mas hermosos collares si el alma es horrible o en el mejor de los casos esta contenida como dice susana de las mujeres-diosas falsas. Eso es lo malo.
Yo creo que los hombres tenemos una relación con las mujeres que nunca vais a entender, Kanela. No porque sea una talla 38 sino por cualquier rasgo que nos llame la atención físicamente. Pero mirar no quiere decir que sea lo que queremos. Tenemos una sexualidad en general más desinhibida però para querer necesitamos lo mismo que vosotras, que es lo que cuenta.Las crueles con vuestra talla sois las mujeres. Xavi.
Kanela, si hablar de la belleza física ya es complejo, cómo no va a serlo hablar de la belleza del alma.
No era mi intención referirme a esa belleza, que es la más exquisita de todas. Me centraba en la belleza como lenguaje de expresión y comunicación entre individuos de una sociedad.
Y reivindico la creatividad de la indumentaria, abalorios maquillajes, etc, etc, en una sana competencia de imaginación. Repito, la cuestión es saber escoger entre las diferentes propuestas culturales de la sociedad.
Recomiendo los carteles modernistas de Alphonse Mucha, donde la belleza de la mujer se aborda con elegancia, era otro tipo de publicidad.
Imaginari tu hablas de la belleza de una forma que no te das cuenta pero puede ser tambien falsa y por tanto es otro engaña-bobos igual que mil cosas que aguantamos las mujeres. Dices que hablas de belleza como forma de comunicacion y no se que vas a comunicar si empiezas partiendo de bellezas que no todas tienen o tenemos. La elegancia y todo eso es muy bonito pero es otra forma de sumision.
Es posible que tengas razón, o quizás no la tengamos ninguno de los dos, o estamos hablando de cosas diferentes, pero creo entenderte.
Me encanta la intensidad de la denuncia, Susana; el objeto de la misma, ciertamente, sólo provoca tristeza.
Partimos de varios errores de base: el primero y fundamental, a mi entender, el pensar que la belleza sólo es privilegio de la juventud (algunos lo limitarían a los 20 años) en lugar de creer, como en mi caso, que es una misma melodía que cambia de tono pero se mantiene siempre.
Si la belleza está enclaustrada en la juventud, hay que construir un simulacro de juventud, habitarlo artificialmente y perseverar en él. Lo cual implica no sólo una impostura y una autonegación, sino también, y sobre todo, una superstición que se perpetúa a lo largo de las generaciones.
Hay otras cosas, claro: el hecho de que nuestra biología mantenga el deseo (más o menos intacto, más o menos atento) cuando nuestros cuerpos ya no son deseables sexualmente (aunque conserven, como digo, esa belleza o particularidad). ¿Qué hacer entonces?
Todo esto provoca un sufrimiento tan intenso que estoy tentado de pensar en un fallo evolutivo de proporciones descomunales, porque no es nada económico biológicamente y ese sufrimiento no puede tener valor en ningún caso, ya que no puede traducirse en términos de mejora de las condiciones de vida de la especie...
Empiezo a divagar y lo dejo.
Tienes todo mi apoyo en tu reivindicación, como siempre.
Abrazos
Dices al principio que las niñas de ahora ya no quieren ser niñas. Es cierto en buena medida, pero luego resulta que en el momento de exigirles una responsabilidad acorde con su edad, entonces sí quieren ser más niñas de lo que son. Lo mismo los niños. Es decir, desean efectivamente ser mayores (con lo que nos gustaba a nosotros ser niños, que cuando te enterabas de lo de los Reyes lo disimulabas todo lo que podías) pero en el momento en que ser mayor significa una dosis de responsabilidad no la quieren. Si yo te contara lo que he visto en niñas de 12 años... Efectivamente, como dices, no vamos bien. Algo falla. Supongo que la culpa es un poco de todos. El resto del artículo totalmente de acuerdo. Y apunto que Paulina Rubio es hermana de Cristina Tárrega.
Stalker, tus "divagaciones" alimentan el Cajón.
Es cierto que en mantener la juventud es en lo que más esfuerzos se invierte. No obstante, creo que ese sufrimiento banal a la biología le importa tanto como la caída de una hoja en otoño.
El ser humano no está hecho para vivir como vivimos. Ni tan sólo para que se le alargue la vida mucho más allá de su período plenamente fértil. La biología dotó a los mayores de una sabiduría tal que no contó con que fueran arrinconados por no ofrecer belleza ni poder adaptarse a los ritmos. Pero el ser humano, estúpido, voraz, antropocéntrico, aleja de sí cuanto puede la biología y desprecia lo que ésta pueda enseñarle.
Dices "Lo cual implica no sólo una impostura y una autonegación, sino también, y sobre todo, una superstición que se perpetúa a lo largo de las generaciones", y me gusta, porque amplías el concepto al que quiero ir a parar. No son sólo las niñas imitando modelos imposibles; es la humanidad entera bajo el yugo de esa impostura que tú defines tan bien.
Gracias, Stalker.
Ramon, por supuesto, tu punto de vista como profesor de todas esas niñas, disfrazadas en buena parte de mujeres, abre una perspectiva privilegiada.
Las ves huyendo de responsabilidades. Y nos ves, a los demás, permitiéndolo. Me pone los pelos de punta que a los quince ya haya multitud de adolescentes que han conseguido la firma de sus tutores para conseguir unos enormes implantes de silicona. Pero aún no son capaces de poner la mesa o ayudar a sus familias (o a sí mismas) en tantas otras formas diarias de existir como adulto.
Pues sí, algo falla. No sé si lo hemos hecho entre todos o es una manipulación más de la industria. Pero sé que habría que ponerle remedio. Relajar los estándares. Devolverle la realidad a las imágenes que les llegan. Porque si no, a los veinte muchas de ellas ya serán pequeñas desquiciadas.
Gracias por tu enriquecedor punto de vista. Te animo a que, cuando quieras, nos cuentes lo que vives en esas pequeñas pre-adolescentes. Nos lo comentas donde quieras, y lo subo como entrada, porque vale mucho la pena contar con tu opinión.
(ostrasssss, Cristina Tárrega, es cierto, posee a Paulina! buen ojo clínico!)
La fotografía del pintalabios rojo sobre el panel de ajedrez que se está utilizando en este artículo es mía y nadie me ha pedido permiso para poder utilizarla. A eso se le llama robar.
Espero que dicha imagen sea retirada lo antes posible.
Atentamente,
Lourdes Fuente.
Lourdes, acabo de sacar la foto de esta entrada. Te pido disculpas por haber hecho uso de ella: es el problema de las imágenes en Internet, que no siempre se conoce el autor ni cómo pedirle permiso, cosa que sí he hecho religiosamente con las fotos de pinturas que he publicado.
Aun así, quiero matizar que de usar una imagen sin conocer el autor a "robar" hay un abismo, pero como tienes razón en todo lo demás, mantengo mis más sinceras disculpas y aprovecho para felicitarte por la foto. Ésa, y algunas otras que he podido disfrutar en tu blog, me parecen realmente buenas, así que aprovecho para recomendar la visita a tu casa: http://lourdessinestesia.blogspot.com/
Un saludo.
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