Pandemia. Este término contiene la forma “pan”, que por un lado alude a los bienes de forma general (como en el caso de “dame pan y llámame tonto”), y por otro lado se refiere a su función más propia, la de constituir un elemento básico de nuestra sociedad: el bocadillo. Aquí hay otra alusión clara a la imbecilidad, puesto que al obviar el contenido del bocadillo se está aludiendo al dicho popular: “pan con pan, comida de tontos”. No obstante, cabe considerar que se está produciendo una metonimia, esto es, mencionar el contenido por elusión. En este caso, sin ninguna duda, alude al interior por antonomasia, que es constituyente a un tiempo del ágape y de la sociedad a que se refiere, y cuya vulgaridad y frecuencia no obstan para que ocupe un lugar de honor en la antropología social de nuestro medio: hablamos del chorizo. En este caso, cabe insistir en la peculiaridad de su omisión.
A continuación encontramos la partícula “de”. Podría esta construcción hacer referencia a la propiedad, como en el siguiente ejemplo: “esto es de él”. Se produce, no obstante, un ingenioso juego de palabras con la forma imperativa del verbo dar. El concepto al que se refiere el vocablo implicaría de esta forma una obligatoriedad.
Finalmente, hayamos la desinencia “mia”. Haría referencia clara al posesivo de primera persona. Notemos la sutileza con que la ausencia de tilde, que sería constitutiva de una falta ortográfica, estaría aquí indicando que el sujeto del posesivo es asimismo un mentecato, un necio. Fijémonos también en que se produce una hipérbaton, de forma que el orden sintáctico habitual quedaría truncado con tamaña agudeza, y se convertiría así en un “a mi”, de gran chispa en la situación que nos ocupa.
Y he aquí la magia de la ciencia de la etimología: en la conclusión veremos cómo se aúnan claramente todos los conceptos vistos con anterioridad. Teníamos una doble referencia a los tontos, lo que hace pensar en su cantidad, en un número plural de sujetos. Teníamos asimismo la referencia a los bienes, y a un contenido en forma de chorizo que quedaba omitido. La solución es clara: un número considerable de tontos han de dar (recordemos el imperativo, la obligatoriedad) los bienes a un chorizo que se esconde; esos bienes considera que le corresponden (de mí, de mía, dé a mí…) porque el beneficiario es un absoluto necio, un mentecato y sobre todo, remontándonos al inicio de la construcción, un absoluto chorizo que esconde sus ruindades.
Pandemia es, por tanto, la forma que tienen los chorizos encubiertos, necios ambiciosos, de que una multitud de tontos les cedamos nuestros bienes.
Fin de la primera clase.
A continuación encontramos la partícula “de”. Podría esta construcción hacer referencia a la propiedad, como en el siguiente ejemplo: “esto es de él”. Se produce, no obstante, un ingenioso juego de palabras con la forma imperativa del verbo dar. El concepto al que se refiere el vocablo implicaría de esta forma una obligatoriedad.
Finalmente, hayamos la desinencia “mia”. Haría referencia clara al posesivo de primera persona. Notemos la sutileza con que la ausencia de tilde, que sería constitutiva de una falta ortográfica, estaría aquí indicando que el sujeto del posesivo es asimismo un mentecato, un necio. Fijémonos también en que se produce una hipérbaton, de forma que el orden sintáctico habitual quedaría truncado con tamaña agudeza, y se convertiría así en un “a mi”, de gran chispa en la situación que nos ocupa.
Y he aquí la magia de la ciencia de la etimología: en la conclusión veremos cómo se aúnan claramente todos los conceptos vistos con anterioridad. Teníamos una doble referencia a los tontos, lo que hace pensar en su cantidad, en un número plural de sujetos. Teníamos asimismo la referencia a los bienes, y a un contenido en forma de chorizo que quedaba omitido. La solución es clara: un número considerable de tontos han de dar (recordemos el imperativo, la obligatoriedad) los bienes a un chorizo que se esconde; esos bienes considera que le corresponden (de mí, de mía, dé a mí…) porque el beneficiario es un absoluto necio, un mentecato y sobre todo, remontándonos al inicio de la construcción, un absoluto chorizo que esconde sus ruindades.
Pandemia es, por tanto, la forma que tienen los chorizos encubiertos, necios ambiciosos, de que una multitud de tontos les cedamos nuestros bienes.
Fin de la primera clase.
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13 comentarios:
Juaaaa que buenoooo.Es la monda cuando te metes con las cosa que pasan con ese cinismo. Porque ademas es de verdad asi como dices. En un poema hace tiempo decias que cuando se hablaba de la gripe en los primeros dias los laboratorios se frotaban las manos o algo asi. Luego te lei sobre la industria farmaceutica y sus bajas artes. Ahora esto. Me gusta porque son lo peor que hay en el mundo y no les importan los riesgos que corra nadie si no se lo puede pagar. Sigue dando caña. Y mas si es de forma asi de divertida.
Ja,jajajaja. Nos das una de piedra y otra de pan, sacas pan de las piedras , cómo eres, si es que te ries hasta de tí misma, sana costumbre.
Es buenísimo, qué ironía la tuya, que inteligentemente divertido. El tema se las trae, más allá de la conya, tiene su tristeza.
Bravo, hoy dormirè con una sonrisa.
Gracias.
besos
Kanela, muchas gracias por tus halagos.
Estoy de acuerdo contigo en cuanto dices sobre los laboratorios. Siento tanta impotencia cuando veo que dejan morir a miles de enfermos en el tercer mundo por no perder cuatro duros, ellos, que son las empresas con mayores beneficios del mundo! Y sí, estoy segura de que se frotan las manos cuando oyen que se acerca la pandemia cada vez más. Que la vacuna ya está ahí... Que se requieren antivirales.
Recuerdo lo que pasó con la gripe aviar, y cómo hubo una fuerte presión para que los gobiernos adquirieran dosis desproporcionadas de cierto antiviral, el Tamiflú. 'Casualmente', la patente del fármaco pertenece a Gilead Sciences Inc, de la que es uno de sus principales accionistas el ex secretario de defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld.
De momento, los países más ricos del mundo están volviendo a hacer acopio de Tamiflú, ante una posible crisis de salud pública. Yo no tengo idea de si hay algo oscuro detrás o no, que no me extrañaría en absoluto, pero sí sé que de momento Mr. Rumsfeld vuelve a llenar sus arcas un poco más.
Habrá que estar pendientes...
Imaginari, gracias por tus halagos, y sobre todo porque vayas a dormir esta noche con una sonrisa gracias a mi texto. ¡Qué buen destino para unas letras! Y todo un premio para mí.
Me alegra que te guste el tono irónico. El tema es del todo lamentable, pero el escepticismo es grande. Poco podemos hacer, salvo dar pequeñas voces de alerta.
El tono, sí; no hay nada suficientemente serio como para no poder ser objeto de ironía. ¡Y menos aún, cuando el objeto es una misma! Desde luego, a mí no siempre me sale ironizar. Muchas veces caigo en el lamento, en el tono de rabia, en la introspección... pero no estoy especialmente orgullosa de ello. Teniendo el mundo que tenemos, burlarnos no es lo peor que podemos hacer.
Y ahora voy al parque a por unas chinitas, que querré desayunar tostadas ;o)
Gracias. Un beso.
La risa es la mejor manera de desmantelar las estrategias de los gestores del miedo, ahora y siempre. No creerse nada y seguir atento a las inesperadas fisuras de lo real, listos para auscultar la luz o el estremecimiento. Tus entradas nos preparan con cariño, ceban el mate y mantienen el fuego
Abrazos
Magnífico y justicieramente cruel, me ha encantado. En mi pequeño organismo dediqué una entrada bastante cómica al asunto, aunque da un poco de miedo: http://uncuerpoextrano.blogspot.com/2009/04/por-que-la-llaman-gripe.html
abrazos
Stalker, soy desconfiada por naturaleza, y cuando veo un bombardeo mediático de este calibre, saco el mate, por si alguien quiere acompañarme por el camino de la ironía... Qué imagen tan bonita! Me encanta!
Gracias! Un abrazo
Rubén, es una grata sorpresa encontrarte en mi pequeño Cajón, ¡gracias por pasarte!
Me alegro de que te haya gustado el tono irónico e irreverente de la entrada. Yo me he leído la tuya, me ha parecido buenísima, y te doy toda la razón: es cómica si no fuera porque da un poco de miedo. Los comentarios apocalípticos que se han recogido, el pánico latente, la desinformación... pone la carne de gallina (en la confianza de que no contenga el virus de la gripe aviar).
Un abrazo
Es que ya no puede uno ni tener la carne de gallina en paz! jaja
Gracias a ti por tu visita, Susana, estaré atenta a tu cajón.
un abrazo
jajjja, Dios mío, filóloga perversa, cómo me he reido...
Ramon, querido, "perversión"???? Pobre de mí, si sólo es una ingenua mala leche!!
(los filólogos del mundo ya hemos hecho demasiado el primo; mundo, prepárate, que vamos a por ti!!)
jejeje, gracias por tu comentario, Ramon. Tiene un gran mérito para mí, que te sé bajo el yugo del final de curso. Ánimo, que ya quedan dos días mal contados! Un abrazo
Susana, demoledor. Y con ese sentido del humor (ese sexto sentido maravilloso que tenía el Fernando que ayer en Buenos Aires se nos fue), demoledor por partida doble. Atacar desde la etimología de esta forma es dejar al adversario desarmado. Yo también sospecho. Sobre todo cuando los muertos son todos pobres. Besos.
Mariel, es genial encontrarte aquí!
El humor (sí, fantástico: ese sexto sentido), fundamental con lo que tenemos, ¿verdad?
Pero ojalá pudiéramos dejar al adversario desarmado con falsas etimologías, con amor por la palabras o con cualquiera de nuestras modestas armas...
También es fantástico que tú estés ahí, Mariel.
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