.
Como ya dije en otra ocasión, me gusta chafardear los programitas ésos de estadísticas de los blogs. Me lo paso bomba tratando de imaginar qué rayos habrá entrado a hacer a este pobre Cajón alguien de Vietnam, Tailandia o de Brunei, por decir algo. También encuentro apasionante ver las montañitas y los valles que dibuja Google sobre cosas del blog, como si fuera una potentada observando la evolución de mis inversiones en bolsa. No entiendo gran cosa de lo que veo, pero lo que cuenta es que cada tanto, especialmente en noches insomnes con la mente ya en los cerros de Úbeda, donde pastan pacíficamente incontables ovejitas, me sirve para hacerme sentir como una importante financiera y por lo menos me consuela observar que el dibujito no se parece para nada al de un encefalograma plano. El Cajón tiene vida propia y evoluciona, como un pequeñito ser vivo al que cuidar y querer (cómo me pongo de tierna!).
Pero si todo esto me gusta, hay un apartado de las estadísticas que me hace soltar verdaderas carcajadas de vez en cuando. Y es esa lista de las búsquedas en las que el amigo Google propone El Cajón como de posible interés para el buscador. Hay que decirlo: hay gente muy muy rara en el mundo, pero si a eso se le suma la reacción de Google, que parece que quiera despistar a propósito o que ese día se haya levantado travieso, el resultado es para desternillarse. Y para muestra, algunos de mis ‘botones’ preferidos…
Como ha pasado otras veces, siguen perseverando esos ‘raritos’ (perdonadme, amig@s buscadores: creo que no conseguiré entenderlo nunca) que se lanzan a la búsqueda del escote de Pilar Rahola (y se encuentran con un escrito razonablemente paranoico), así como los que buscan cualquier cosa pero sobre todo imágenes del “cajón (en ciertas latitudes parece que equivale a ataúd) de Michael Jackson”. Es triste pero es así: de nada sirvió mi aclaración urgente. - Así que disculpadme los habituales que insista: BUSCADORES DEL MUNDO, EN ESTE BLOG NO ENCONTRARÉIS MUERTOS EN SU ATAÚD (O “CAJÓN” –manda narices−) NI EN NINGÚN OTRO SITIO PORQUE TENEMOS EL VICIO DE INTERESARNOS MUCHO MÁS POR LA VIDA, NI TAMPOCO FOTOGRAFÍAS DE TETAS, CULOS O SIMILARES: ESO YA SIN JUSTIFICACIÓN; SIMPLEMENTE PORQUE NO NOS DA LA GANA. Bueno, pues ya está. A ver si esta vez cuaja y Google tiene la amabilidad de reproducir este aviso, que luego a mi me dan un cierto mal rollito los busca-muertos y los busca-Raholas’escoting.
- Respecto a los que buscan cosas de M. Jackson por aquí, no sólo los hay morbosos que quieren verlo una vez muerto y esas cosas (que me pregunto yo por qué, si cuando estaba vivo ya parecía un fantasma y daba más bien yuyu), sino que también los hay optimistas. Mirad si no esta búsqueda: “`como aprender el sostenido de michael jackson en tres dias en español”. Bien podría ser que se me escapara algo, pero en mi pueblo los sostenidos son semitonos por encima de una nota musical, así que no son de Fantasma Jackson (ni tampoco de Bach, que nadie vaya a pensar que hago discriminaciones porque sea… ¿gris perla?) y, sobre todo, suenan igual si los haces en castellano o en dialecto suahili. Eso sí, si lo que quieres es imitar su gritito (para hacerme entender sólo se me ocurre calificarlo como “puntiagudo”), sólo tienes que tener una jartá de estrógenos circulando por tus venas. Vamos, que si eres mujer, con hacerte a la idea de que tienes fobia a los ratones y la familia de Mickey Mouse te invade la habitación, ya tienes bastante. Si eres hombre, optimista amigo, debes empezar a hormonarte a grandes dosis con urgencia, pero te aseguro que en tres días sólo habrás conseguido proferir el gritito un par de octavas por debajo y aguantar el síndrome premenstrual equivalente a dos años en tres días. Al cuarto ya te importará un pimiento el dichoso grito, te lo digo yo. Busques lo que busques con ese “sostenido”, sí debes tener en cuenta mi siguiente consejo: ¡Crece y ocúpate de cosas más importantes!
- Otros buscadores que me hacen mucha gracia son los que le hablan directamente a Google, como si fuera un señorcito pequeño escondido tras la pantalla que se sabe todas las webs de memoria. Es el caso de este personaje que le solicita a Mr. Google que le sugiera soluciones a su búsqueda, pero en un determinado orden: “canciones a la primavera ver primero el tema de- primavera primavera dame dame tu querer”. Google debiera tener una opción interactiva que preguntara “¿y después???”. No me digáis que no da una cierta ternura. Con esa cancioncilla y todo… Si le falta sólo el “na na naaa” de cuando no se sabe la letra. También me parece tremendamente tierno el caso de la persona que como búsqueda introduce el texto “inventos de mi hijo”. Di que sí: ¿quién ha dicho que Google no pueda leer tus huellas dactilares mediante el teclado, dar con tu identidad, verificar tu filiación, y mostrarte fotos, descripciones y fecha de su patente de todos los inventos de tu churumbel? (oye, y que si tu hijo resulta que no ha hecho una página web, lo mismo se apiada e improvisa una bien bonita, que experiencia no le falta…). Ahora, si Mi es un nombre de pila chino, e Hijo es un apellido del norte de Mongolia, y juntos forman la denominación de un famoso inventor, amigo de Leonardo da Vinci, entonces ya me callo.
- Otro caso similar sería el de ese buscador/a que también pide de Google que tenga poderes adivinatorios, y le suelta eso de “textos sobre porque me ilusiono tanto” (sic). Querid@ buscador/a, te recomiendo, en primer lugar, que olvides esa investigación: tal como va el mundo, puedes sentirte afortunad@ de tu capacidad para ilusionarte y, como acostumbra a pasar, cuanto menos averigües sobre las causas, más podrás mantenerte en ese estado de ilusión y esperanza (no se me ocurren motivos para querer cambiarlo, visto lo visto). En segundo lugar, matizo un poco y sí te recomiendo que aterrices en una cuestión: don Google no tiene ni idea de quién eres, sobre qué cuestiones te ilusionas (no es lo mismo ponerle ganas a un proyecto de noviete que a la paz mundial), ni si sólo eres optimista o bien sufres delirios. En este segundo caso, o bien si realmente crees que el ordenador te va a sacar una lista de textos que te cuentan A TI el motivo de TUS ilusiones, hazme caso y busca ayuda profesional. (Nota: en el caso de que seas el hijo de la señora que buscaba inventos, relájate: viene en tus genes; si te han educado así y compartes cromosomas con ella, es lógico que te ilusiones mucho mucho y consideres que Google ha de saber quién eres. Nada que objetar).
Entre muchos otros que les hablan a Google y les piden que les ponga ejemplos, que les muestre, etc., hay otro que me ha llamado la atención: “nececito un poema de puntualidad” (sic). Aquí, hay que reconocerlo, me monto la película yo sola, y me imagino a un enamorado queriendo decirle a su amada que esperar tres horas en el banco del parque le parece un exceso, pero quiere decírselo delicadamente para no herir sus sentimientos. ¡Pues no se hable más! Habrá que hacer la buena acción del día, ¿no? Si tiene que parecer suyo, tampoco hay que pasarse. (Se aceptan sugerencias). Un ejemplo sencillo a la par que elegante: “Trata de ser puntual / si no quieres un funeral”. O bien: “Soy un caballero aunque no tengo caballo / tú una bella dama; si impuntual, eres un callo”. Una última opción del mismo estilo: “Como no te esmeres con la puntualidad / te amenazo con una infidelidad;/ mira si me importa mi tiempo / que anulo nuestro casamiento.” De nada, hombre; hoy por ti, mañana por mí. Si eso, a vuestra primera hija llamadla Susana; y a vuestro primer hijo llamadlo Cajón. Me sentiré suficientemente compensada.
Otr@ que habla con el programa es el/la que pregunta: “el árbol mágico como saber mi edad”. Tal cual. La búsqueda está hecha con tal ambigüedad que una no sabe si es que el árbol ha sabido la edad (lo que me llevaría a admitir que sería mucho más mágico que el de mi barrio, ¡dónde va a parar!, o concluiría que tiene una interesante particularidad en sus hojas en cuanto son liadas y fumadas –siento no poder comparar con el árbol de mi post−), o bien es la persona la que se pregunta cómo puede saber su edad. En este último caso cabe aconsejarle algo muy básico, como fijarse en la fecha de nacimiento que pone en el DNI o pasaporte (a lo que seguiría una sencilla resta), o consultar la partida de nacimiento o, a las malas, interrogar a padres /hermanos/tíos, etc. Pero suponiendo que esas estrategias hayan fracasado, que se le hayan traspapelado todos los documentos y que no se hable con nadie conocido, puede resolverlo a ojo de buen cubero en función de diversos parámetros, como la altura, el número y la intensidad de las arrugas, la presencia o no de articulaciones afectadas por la artrosis o bien su opuesto, el acné juvenil, etc. En todo caso, y para prevenir infructuosos altercados, estimad@ buscador/a, hay que tener en cuenta que aunque ningún miembro de tu familia te hable y/o te conteste sobre la cuestión de tu edad por motivos injustos, sin duda, aunque ese árbol que tú conoces te ignore repetidamente, si Google no te contesta, no te lo tomes como nada personal, de verdad. Ahora bien, si tú, que quieres saber tu edad, eres el propio árbol (lo que justificaría ampliamente tu apellido ‘mágico’), olvida todo lo que he dicho hasta ahora. Tengo yo un geranio, de mediana edad y más mono él, que me encantaría presentarte a ver si hacíais buenas migas...
Hay otro sector de los que hablan con Google que me tiene confundida: no sé si tomarlos como los que ordenan sandeces al programa o como los listillos que simplemente transmiten las órdenes que les han dado previamente a ellos. Vamos, que esperan que Google les haga los deberes y no hacen el esfuerzo ni de cambiar el enunciado de los trabajos (y eso sin tener en cuenta otra falta de esfuercillos respecto a la forma de esos mismos enunciados). Es el caso de “inbestigar sobre la planta que se llama bugambilia” o el de “investiga alguna biografia de lo principale hombre y mujeres que tu bieron que ver con la informatica”. Hay que recordar, llegados a este punto, que ambos casos (y algunos otros similares), ¡llegaron a El Cajón! Espero por su bien que en su economía de esfuerzos no se incluya lo de copiar y pegar sin leerse el texto, porque sobre las plantas se habrían encontrado fascinantes observaciones sobre sus poderes paranormales, y en el caso de la informática habrían dado con ilustres fantasmas que no tenían ni pajolera idea del tema y metían burdamente la pata. Sus profesores aún se estarían riendo…
También hay los que preguntan (espero) directamente a Google. Como el que dice “es cierto que si las pre adolescentes tienen los labios rececos es que les falta un beso“ o bien este otro, algo inquietante: "es cirto que la planta de santa rita es demonio". No sé exactamente qué les podría decir a estos buscadores. Si se confirma que preguntan, les diría una sola cosa: la respuesta es “no”. Pero entre mis preguntadores directos tengo una estrella: uno que va al centro mismo de la esencia de la vida, el metafísico de este Cajón, que es el vuestro. Ese genio de la inteligencia humana, en un alarde de agudeza y penetración, entra un buen día en este blog como respuesta a su pregunta metafísica: “cuantas cervezas trae un cajon”.
Para que podáis quedaros con esta reflexión, y puesto que a mí me ha dejado sin palabras, acabo por hoy. Próximamente, la segunda parte…
(Nota: no podía ser de otra forma. La amiga M. Jesús necesita conocer la respuesta, ahora que ya sabe la pregunta. Para ella, esta actualización en forma gráfica:)
Como ya dije en otra ocasión, me gusta chafardear los programitas ésos de estadísticas de los blogs. Me lo paso bomba tratando de imaginar qué rayos habrá entrado a hacer a este pobre Cajón alguien de Vietnam, Tailandia o de Brunei, por decir algo. También encuentro apasionante ver las montañitas y los valles que dibuja Google sobre cosas del blog, como si fuera una potentada observando la evolución de mis inversiones en bolsa. No entiendo gran cosa de lo que veo, pero lo que cuenta es que cada tanto, especialmente en noches insomnes con la mente ya en los cerros de Úbeda, donde pastan pacíficamente incontables ovejitas, me sirve para hacerme sentir como una importante financiera y por lo menos me consuela observar que el dibujito no se parece para nada al de un encefalograma plano. El Cajón tiene vida propia y evoluciona, como un pequeñito ser vivo al que cuidar y querer (cómo me pongo de tierna!).
Pero si todo esto me gusta, hay un apartado de las estadísticas que me hace soltar verdaderas carcajadas de vez en cuando. Y es esa lista de las búsquedas en las que el amigo Google propone El Cajón como de posible interés para el buscador. Hay que decirlo: hay gente muy muy rara en el mundo, pero si a eso se le suma la reacción de Google, que parece que quiera despistar a propósito o que ese día se haya levantado travieso, el resultado es para desternillarse. Y para muestra, algunos de mis ‘botones’ preferidos…
Como ha pasado otras veces, siguen perseverando esos ‘raritos’ (perdonadme, amig@s buscadores: creo que no conseguiré entenderlo nunca) que se lanzan a la búsqueda del escote de Pilar Rahola (y se encuentran con un escrito razonablemente paranoico), así como los que buscan cualquier cosa pero sobre todo imágenes del “cajón (en ciertas latitudes parece que equivale a ataúd) de Michael Jackson”. Es triste pero es así: de nada sirvió mi aclaración urgente. - Así que disculpadme los habituales que insista: BUSCADORES DEL MUNDO, EN ESTE BLOG NO ENCONTRARÉIS MUERTOS EN SU ATAÚD (O “CAJÓN” –manda narices−) NI EN NINGÚN OTRO SITIO PORQUE TENEMOS EL VICIO DE INTERESARNOS MUCHO MÁS POR LA VIDA, NI TAMPOCO FOTOGRAFÍAS DE TETAS, CULOS O SIMILARES: ESO YA SIN JUSTIFICACIÓN; SIMPLEMENTE PORQUE NO NOS DA LA GANA. Bueno, pues ya está. A ver si esta vez cuaja y Google tiene la amabilidad de reproducir este aviso, que luego a mi me dan un cierto mal rollito los busca-muertos y los busca-Raholas’escoting.
- Respecto a los que buscan cosas de M. Jackson por aquí, no sólo los hay morbosos que quieren verlo una vez muerto y esas cosas (que me pregunto yo por qué, si cuando estaba vivo ya parecía un fantasma y daba más bien yuyu), sino que también los hay optimistas. Mirad si no esta búsqueda: “`como aprender el sostenido de michael jackson en tres dias en español”. Bien podría ser que se me escapara algo, pero en mi pueblo los sostenidos son semitonos por encima de una nota musical, así que no son de Fantasma Jackson (ni tampoco de Bach, que nadie vaya a pensar que hago discriminaciones porque sea… ¿gris perla?) y, sobre todo, suenan igual si los haces en castellano o en dialecto suahili. Eso sí, si lo que quieres es imitar su gritito (para hacerme entender sólo se me ocurre calificarlo como “puntiagudo”), sólo tienes que tener una jartá de estrógenos circulando por tus venas. Vamos, que si eres mujer, con hacerte a la idea de que tienes fobia a los ratones y la familia de Mickey Mouse te invade la habitación, ya tienes bastante. Si eres hombre, optimista amigo, debes empezar a hormonarte a grandes dosis con urgencia, pero te aseguro que en tres días sólo habrás conseguido proferir el gritito un par de octavas por debajo y aguantar el síndrome premenstrual equivalente a dos años en tres días. Al cuarto ya te importará un pimiento el dichoso grito, te lo digo yo. Busques lo que busques con ese “sostenido”, sí debes tener en cuenta mi siguiente consejo: ¡Crece y ocúpate de cosas más importantes!
- Otros buscadores que me hacen mucha gracia son los que le hablan directamente a Google, como si fuera un señorcito pequeño escondido tras la pantalla que se sabe todas las webs de memoria. Es el caso de este personaje que le solicita a Mr. Google que le sugiera soluciones a su búsqueda, pero en un determinado orden: “canciones a la primavera ver primero el tema de- primavera primavera dame dame tu querer”. Google debiera tener una opción interactiva que preguntara “¿y después???”. No me digáis que no da una cierta ternura. Con esa cancioncilla y todo… Si le falta sólo el “na na naaa” de cuando no se sabe la letra. También me parece tremendamente tierno el caso de la persona que como búsqueda introduce el texto “inventos de mi hijo”. Di que sí: ¿quién ha dicho que Google no pueda leer tus huellas dactilares mediante el teclado, dar con tu identidad, verificar tu filiación, y mostrarte fotos, descripciones y fecha de su patente de todos los inventos de tu churumbel? (oye, y que si tu hijo resulta que no ha hecho una página web, lo mismo se apiada e improvisa una bien bonita, que experiencia no le falta…). Ahora, si Mi es un nombre de pila chino, e Hijo es un apellido del norte de Mongolia, y juntos forman la denominación de un famoso inventor, amigo de Leonardo da Vinci, entonces ya me callo.
- Otro caso similar sería el de ese buscador/a que también pide de Google que tenga poderes adivinatorios, y le suelta eso de “textos sobre porque me ilusiono tanto” (sic). Querid@ buscador/a, te recomiendo, en primer lugar, que olvides esa investigación: tal como va el mundo, puedes sentirte afortunad@ de tu capacidad para ilusionarte y, como acostumbra a pasar, cuanto menos averigües sobre las causas, más podrás mantenerte en ese estado de ilusión y esperanza (no se me ocurren motivos para querer cambiarlo, visto lo visto). En segundo lugar, matizo un poco y sí te recomiendo que aterrices en una cuestión: don Google no tiene ni idea de quién eres, sobre qué cuestiones te ilusionas (no es lo mismo ponerle ganas a un proyecto de noviete que a la paz mundial), ni si sólo eres optimista o bien sufres delirios. En este segundo caso, o bien si realmente crees que el ordenador te va a sacar una lista de textos que te cuentan A TI el motivo de TUS ilusiones, hazme caso y busca ayuda profesional. (Nota: en el caso de que seas el hijo de la señora que buscaba inventos, relájate: viene en tus genes; si te han educado así y compartes cromosomas con ella, es lógico que te ilusiones mucho mucho y consideres que Google ha de saber quién eres. Nada que objetar).
Entre muchos otros que les hablan a Google y les piden que les ponga ejemplos, que les muestre, etc., hay otro que me ha llamado la atención: “nececito un poema de puntualidad” (sic). Aquí, hay que reconocerlo, me monto la película yo sola, y me imagino a un enamorado queriendo decirle a su amada que esperar tres horas en el banco del parque le parece un exceso, pero quiere decírselo delicadamente para no herir sus sentimientos. ¡Pues no se hable más! Habrá que hacer la buena acción del día, ¿no? Si tiene que parecer suyo, tampoco hay que pasarse. (Se aceptan sugerencias). Un ejemplo sencillo a la par que elegante: “Trata de ser puntual / si no quieres un funeral”. O bien: “Soy un caballero aunque no tengo caballo / tú una bella dama; si impuntual, eres un callo”. Una última opción del mismo estilo: “Como no te esmeres con la puntualidad / te amenazo con una infidelidad;/ mira si me importa mi tiempo / que anulo nuestro casamiento.” De nada, hombre; hoy por ti, mañana por mí. Si eso, a vuestra primera hija llamadla Susana; y a vuestro primer hijo llamadlo Cajón. Me sentiré suficientemente compensada.
Otr@ que habla con el programa es el/la que pregunta: “el árbol mágico como saber mi edad”. Tal cual. La búsqueda está hecha con tal ambigüedad que una no sabe si es que el árbol ha sabido la edad (lo que me llevaría a admitir que sería mucho más mágico que el de mi barrio, ¡dónde va a parar!, o concluiría que tiene una interesante particularidad en sus hojas en cuanto son liadas y fumadas –siento no poder comparar con el árbol de mi post−), o bien es la persona la que se pregunta cómo puede saber su edad. En este último caso cabe aconsejarle algo muy básico, como fijarse en la fecha de nacimiento que pone en el DNI o pasaporte (a lo que seguiría una sencilla resta), o consultar la partida de nacimiento o, a las malas, interrogar a padres /hermanos/tíos, etc. Pero suponiendo que esas estrategias hayan fracasado, que se le hayan traspapelado todos los documentos y que no se hable con nadie conocido, puede resolverlo a ojo de buen cubero en función de diversos parámetros, como la altura, el número y la intensidad de las arrugas, la presencia o no de articulaciones afectadas por la artrosis o bien su opuesto, el acné juvenil, etc. En todo caso, y para prevenir infructuosos altercados, estimad@ buscador/a, hay que tener en cuenta que aunque ningún miembro de tu familia te hable y/o te conteste sobre la cuestión de tu edad por motivos injustos, sin duda, aunque ese árbol que tú conoces te ignore repetidamente, si Google no te contesta, no te lo tomes como nada personal, de verdad. Ahora bien, si tú, que quieres saber tu edad, eres el propio árbol (lo que justificaría ampliamente tu apellido ‘mágico’), olvida todo lo que he dicho hasta ahora. Tengo yo un geranio, de mediana edad y más mono él, que me encantaría presentarte a ver si hacíais buenas migas...
Hay otro sector de los que hablan con Google que me tiene confundida: no sé si tomarlos como los que ordenan sandeces al programa o como los listillos que simplemente transmiten las órdenes que les han dado previamente a ellos. Vamos, que esperan que Google les haga los deberes y no hacen el esfuerzo ni de cambiar el enunciado de los trabajos (y eso sin tener en cuenta otra falta de esfuercillos respecto a la forma de esos mismos enunciados). Es el caso de “inbestigar sobre la planta que se llama bugambilia” o el de “investiga alguna biografia de lo principale hombre y mujeres que tu bieron que ver con la informatica”. Hay que recordar, llegados a este punto, que ambos casos (y algunos otros similares), ¡llegaron a El Cajón! Espero por su bien que en su economía de esfuerzos no se incluya lo de copiar y pegar sin leerse el texto, porque sobre las plantas se habrían encontrado fascinantes observaciones sobre sus poderes paranormales, y en el caso de la informática habrían dado con ilustres fantasmas que no tenían ni pajolera idea del tema y metían burdamente la pata. Sus profesores aún se estarían riendo…
También hay los que preguntan (espero) directamente a Google. Como el que dice “es cierto que si las pre adolescentes tienen los labios rececos es que les falta un beso“ o bien este otro, algo inquietante: "es cirto que la planta de santa rita es demonio". No sé exactamente qué les podría decir a estos buscadores. Si se confirma que preguntan, les diría una sola cosa: la respuesta es “no”. Pero entre mis preguntadores directos tengo una estrella: uno que va al centro mismo de la esencia de la vida, el metafísico de este Cajón, que es el vuestro. Ese genio de la inteligencia humana, en un alarde de agudeza y penetración, entra un buen día en este blog como respuesta a su pregunta metafísica: “cuantas cervezas trae un cajon”.
Para que podáis quedaros con esta reflexión, y puesto que a mí me ha dejado sin palabras, acabo por hoy. Próximamente, la segunda parte…
(Nota: no podía ser de otra forma. La amiga M. Jesús necesita conocer la respuesta, ahora que ya sabe la pregunta. Para ella, esta actualización en forma gráfica:)
18 comentarios:
Susana, después de haberme reído a lo largo y ancho de todo el post, me dejas con la incertidumbre.
Por favor, dime cuántas.
No me podría creer ni la mitad de lo que cuentas... Recuerdo que todo comenzó con el cajón de M.Jackson y recuerdo tu sorpresa y la sorpresa del resto cuando lo contaste. También recuerdo la aclaración urgente, tan pertinente. Pero no sabía que la cosa había continuado. Esperaremos la segunda parte de la segunda parte... De momento me he partido con el dame dame tu querer, jejeje, y con los labios resecos.
"Don't be evil" Slogan de la nominada. Por cierto, tu post es post-marketing total.
Pues resulta que tus "habladores con Google" son adelantados a su tiempo!
Algunos de mis colegas trabajan en la comunicación con los ordenadores usando lenguaje natural (y no lenguajes informáticos). Yo he visto ya un sistema experimental al que le puedes preguntar: "¿Cuantas torres inclinadas hay en el mundo?" o "¿Quién es el rey de España?". Busca automáticamente la respuesta en google (el de ahora) y a veces incluso responde bien ;-)
Por supuesto, Google tiene un departamento de investigación enorme y están trabajando intensivamente en este tipo de tecnologías.
Posiblemente en pocos años nos podamos comunicar con los ordenadores de forma análoga a como lo hacemos con los seres humanos, y olvidarnos de teclados, ratones, etc.
Eso si, ningún sistema automático va a poder nunca con la estupidez humana. Por tanto, quien busque de escotes de Rahola o saber porqué se ilusiona tanto, va a tener que esperar a que se desarrolle la tecnología para rellenar el cráneo con algo de cerebro.
Bromas aparte, no sé cuándo van a legislar en serio sobre Google.
Una amiga mía tuvo un serio problema con Google Argentina y ni con un abogado penalista puede sortearlo.
p.d.: dónde están las fotos de Máicol? se lo ve en estado de descomposición? Ay, qué intriga:)
Que risa. He empezado riendo y he acabado a carcajadas.La gente esta fatal pero tu le sacas mucha punta ja ja. Besos.
M. Jesús, tratando de complacer tu curiosidad, ya habrás visto que he actualizado el post con una nueva foto.
Por lo demás, me alegro de que te hayas reído. Si no nos lo tomamos de vez en cuando así, ¿verdad?...
Besos.
Eastriver, vaya si "la cosa" ha seguido continuando... Hay 'rarezas' para dar y vender! Estoy a puntito de tirar la toalla y buscar fotos en descomposición del fantasmita o un primer plano del pecho de la Rahola, a ver si se quedan tranquilos de una vez... ;o)
Dame dame es genial, y lo de los labios, jajajaja. Tengo visitantes muuuy imaginativos!
Besos, Ramon.
Liquem, si esta entrada tiene algo que ver con el márketing seguro que es anti-márketing. Pero no puedo hacer nada para cambiar a la humanidad, salvo mostrarla y tomármelo con simpatía.
Gracias por pasarte! Un abrazo.
Ramon, el día que se pueda hablar directamente con Google (que tampoco debe de ser tan difícil, con tal de que se saquen las partículas interrogativas, algo mejoramos), es posible que el buscador de marras no se traiga a este blog a los busca-muertos...
Ya se pueden aplicar los del departamento de investigación, que por lo que veo les falta un pelín...
Un beso. Ben-tornat!
Emy, con lo que tardaron en enterrarlo (por cierto, lo enterraron ya, ¿no?), nuestro amigo Maikol Yacson no sé si en descomposición o en fase de cenizas directamente. Siento no poder satisfacer tu curiosidad, pero no dispongo de tan edificantes fotos. Siempre se le puede pedir a uno de esos insatisfechos que si logra encontrar algo de tu interés, venga y nos lo cuente!
Así que Google va metiendo la pata y no tiene intención de rectificar? Pues lo que le faltaba al amigo... Un beso, guapísima!
Kanela, siempre eres muy agradecida con el sentido del humor... Pero me alegro de que lo hayas pasado bien! Un beso!
Leyéndote me lo he pasado estupendamente.
La fina ironia hace que se siga todo el post hasta el final mientras la sonrisa aflora.
Enhorabuena por esta gran entrada
Saludos
Felipe, muchas gracias por tu comentario. Ese tono desigual de mis entradas a veces me hace sentir insegura, pero la realidad es que es tal cual yo soy: risueña, apocada, feroz ante las injusticias... todo eso es tan de verdad que no veo por qué debería ser de otra forma lo que escribo. Pero lo cierto es que casi todos sois mucho más coherentes en lo que hacéis. Me alegra que lo hayas pasado bien: me anima a seguir siendo tal cual lo siento.
Un abrazo!
Exquisito post Susana. Sacas a la luz cosas de antología, daría para una novela!
Con mi blog tajalápiz (y, de paso, re-agradecidísimo por el enlace) me ocurre que llegan muchísimos chicos a los que les han dado por tarea encontrar la historia del tajalápiz (no sé dónde se les ocurre, pero mucho en México y Colombia, creo por el lenguaje). Yo terminé inventando una que no siempre ha satisfecho las solicitudes, salvo en muy raras ocasiones. Así que terminé creando una pequeña página con la verdadera historia del tajalápiz, destinada a esos muchachos para que les salga bien la tarea, aunque por los pocos comentarios que me dejan tampoco parecen muy contentos. Y bueno, no me alargo más.
Un saludo especial.
No se si te habrás tomado todas las cervezas del cajón antes de escribir, pero no me extrañaría, me parece imposible un texto tan imaginativo y fuera de lo común como el que nos ofreces. A cúal más chispeante de las reflexiones que haces de los buscadores. Eres genial.
Me hace cuestionar las tonterías que debo poner yo en los buscadores. Gracias por estos momentos insuperables, bueno ¿tal vez con dos cajones de cervezas?
Leonardo, qué bonita la historia de tu blog para tajalápiz-buscadores! Eso sí daría para un cuento! La realidad siempre supera la ficción... es increíble.
En cuanto a los comentarios, me duele confesar que yo misma, hasta que no monté este blog, no me hice verdaderamente a la idea de lo importante que resultaban los comentarios. No me extraña que esos estudiantes con prisas no te agradezcan lo suficiente... Entre las facilidades que les das y la exquisitez de tu lenguaje, estoy segura de que si pudieran te harían un monumento! Eso contando con que la profe no los pille con sendos copia y pega idénticos y seas "culpable" de sus suspensos, ¡que los hay realmente vagos! Me llama tanto la atención de lo que cuentas que buscaré ese blog mágico para tratar de que me taje los lápices a tu altura!
Un abrazo, y gracias de nuevo por pasarte!
Jordi, corazón, te agradezco el piropo (suponiendo que imaginarme puesta de cervezas lo sea, ejem), pero la imaginación no es mía, sino de lo que hay ahí fuera, que da para cuestionarse si había LSD en el café con leche!
Eso sí, te aseguro que si pudiera reírme tanto como con algunas búsquedas, desayunaría cada día un par de esos cajones ;o) Realmente, más que tus búsquedas, que pongo la mano en el fuego que son más 'normales', sí te hace plantear cómo de distinto es el mundo de cada uno, sobre qué cosas se preocupa, y hasta cómo es su relación con Internet.
Gracias por un comentario tan amable! Luego ya te pago las dos cervezas que habíamos quedado a cambio, si eso... ;o) Besos!
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