Mal de Montano. La literatura como vida y su muerte

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El narrador de El mal de Montano “habla en libro”. Vive en función de sus recuerdos literarios y piensa según pensaron los que leyó. Probablemente por esta incapacidad de alcanzar del todo la vida, de hincarle el diente a realidad vivida sin el sustrato de lo leído, su otra obsesión acaba siendo la presencia de la muerte. La muerte leída, vivida según Hamlet, Kafka o Baudelaire; pero muerte. Es entonces cuando alguien le sugiere que una ambas obsesiones y las concentre en una sola inquietud, “en una preocupación distinta y de hondo calado humanista. La muerte de la literatura”.


Tongoy, como si estuviera leyéndome el pensamiento, viéndome mirar tan obsesivamente al horizonte, me dijo: “Como al sol, a la muerte de la literatura no se la puede mirar fijo.” Más que un actor de Fellini, Tongoy me pareció en ese momento un doctor especializado en el mal de Montano, pues me pareció −me parece− que no había sido nada mala la idea de que dejara yo de preocuparme de amortiguar la influencia de lo literario en mi vida y le prestara mayor atención a la amenaza evidente que se cierne sobre la literatura en el mundo actual.

Justo en ese momento sucedió algo para mí muy importante. No sé cómo fue que me vino a la memoria una frase de Nietzche he leído de mil maneras diferentes, depende siempre del sentido que en su momento quiera darle. Para mí es una frase que utilizo como comodín para todo: “Algún día mi nombre evocará el recuerdo de algo terrible, de una crisis como nunca hubo otra en la tierra.”

(…)

Porque aquel monomotor que pilotaba Margot, como cualquier otro avión, volaba gracias a una serie muy extraña de equilibrios y fuerzas y tenía algo de metáfora de la creación literaria. Después de todo, quien escribe con sentido del riesgo anda sobre un hilo y además de andar sobre él tiene que tejerse un hilo propio bajo sus pies. Todo esto pensé allí arriba y también me dije que de la misma forma que cada vuelo lleva consigo la posibilidad de la caída, cada libro debería contener en sí la posibilidad del fracaso. Me dije esto y poco después, observando con detenimiento a Margot manejando los mandos con virtuosismo, se me ocurrió preguntarme qué será de nosotros cuando, al fracasar el humanismo del que ya sólo somos funámbulos desequilibrados de su rota y antigua cuerda, desaparezca la literatura.

Enrique Vila-Matas. El mal de Montano. Anagrama.

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6 comentarios:

Stalker dijo...

"El mal de Montano" y la novelita sobre los Bartlebys fueron las dos que más gustaron de Vila-Matas (tamibén el librito de cuentos "Suicidios ejemplares").

Gracias por rememorarlo con estos párrafos maravillosos.

@SusVersiva dijo...

Ah, Stalker, sabes cómo me hiere Vila-Matas. La elección de los párrafos es complicadísima, porque cada fragmento se apoya en el anterior y contribuye a construir esa forma de profundidad y auto-burla a un tiempo, como El Mago de los arcanos, como un funámbulo que sostiene a un tiempo mucho más de lo que permiten las dualidades habituales de los seres humanos.

Me alegro de que te hayan parecido maravillosos, porque entonces me acerqué a su limbo. Gracias.

Kanela dijo...

Al final vas a hacer que acabe por leer a Vila Matas y eso que cuando lo he oido hablar no me ha llamado mucho la atencion. Lo que explicas del libro me parece muy interesante y hay algo de los parrafos que has escogido que me gusta como el sarcasmo de la cita comodin de Nietzsche. El tema de la posibilidad de la muerte de la literatura se tiene que tratar con mucha habilidad para que mantenga el interes. Quizas me atreva un dia de estos.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Justísima la definición del "mal" que aqueja a Montano. También es el nuestro, Susana. Me pasa muchas veces que la línea divisoria entre lo que leo y lo que vivo se me torna totalmente irrelevante. Ahora que lo pienso (tu entrada me hace pensar ...) siento que es ... totalmente irrelevante. No quiero ni puedo imaginarme un mundo sin libros. Es época en la que se proclaman y celebran muchas muertes (la de la historia, la ideología, las vanguardias, el autor ...) y se pregona que esas muertes nos hacen más libres. Puro fuego de artificio, pura estrategia de marketing, eso creo. El escenario ideal sería un mundo de Montanos, un mundo de gente que "hable en libro", aun sin saber que lo está haciendo. Supongo que en épocas de tanto desencanto no es poco sentir que vivimos construyendo ese mundo, aunque más no sea en nuestro minúsculo y personal radio de acción. Resistir y autogestionar, sería la fórmula ... Besos hechos de papel de imprimir, con olor a tinta (no puedo dejar de preguntarme qué tesoro y qué preguntas me depararán mañana tu cajón, tu sonido, tu furia y tus amores).

PÁJARO DE CHINA dijo...

Sí, sí, para seleccionar fragmentos de Mr. Vila-Vatas hay que ser montajista. Y lo conseguiste.

Eastriver dijo...

Compartimos, entre muchas otras, la fijación por la literatura de Vila-Matas. Y te me anticipas de nuevo. El mal de Montano está ahí esperando. Y me apetece más después de tu breve apunte y esos párrafos tan bien traidos.