.
Color.
El color revela
nos enfoca
nos contagia
o nos traduce.
.
El color nos ilumina
nos apacigua
nos devuelve luz
o engulle nuestra oscuridad.
.
Only me
y entonces la ciudad
se introduce en las venas
y la niebla se cuela en los transmisores
y en nuestro mirar el horizonte.
.
Y hay que salirse
fabricarnos un paso rotundo
avanzar hacia los colores nuevos
que nos concilian con la vida
y nos devuelven
como entes naturales.
Don Hong-Oai es ausencia de color
es el rasgo puro
con el que empezar a mirar
desde otros planos.
.
Sumergirse en él
para preparar nuestra alma.
.
Si cada color tuviera una música
Don Hong-Oai sería el silencio.
Por eso hay que sentarse ante él,
callar
inundarse
no pensar.
.
El resto vendrá después de haberlo
sosegado
pacificado
interiorizado.
.
Don Hong-Oai es, pues,
silencio
y es bisagra.
.
Llenarse de ausencia
para vaciar todo aquello
que no nos pertenezca.
Ése es para mí su gran mérito.
Mi mérito cuando estoy en él.
30 comentarios:
Y el silencio... bendito silencio.
el silencio tan necesario como el aire, para comenzar a ser para que exista la música...
me encanto este posy, las imágenes y los textos.
Un abrazo
perdón...este post...
Hoy escuchaba en la radio hablar de la longevidad.
Decía el experto que los longevos son personas optimistas, con fuertes deseos de vivir, activas, física e intelectualmente. Pero que también hay un factor genético asociado a la longevidad aún más importante que nos condiciona. Personas con más de cien años que han sufrido en sus vidas pérdidas importantes pero a pesar de ello han tenido el empuje vital para seguir con ilusión.
Hoy pensaba que no deseo vivir tantos años, que no quiero ser longevo, ¿será que no lo es mi genética? En todo caso y enlazando con tu entrada, hoy no había color en mis pensamientos.
Incluso estas fotos tan sensibles que nos ofreces, no las he apreciado con el entusiasmo que recuerdo de las pinturas en tinta china de los clásicos orientales.
Me han parecido imitaciones, exquisitas, de aquellas.¿Qué tendrá el gesto que me atraiga tanto?
Pero tu poema me ha hecho pensar que en la longevidad no hay silencio ni color, es la imagen fija de un gesto pasado.
Vivimos para crear instantes únicos, momentos gestuales, el resto es una paleta de colores que se confunden con el tiempo.
Hoy es gris.
Aunque con ausencia de color las fotos son una maravilla, me encanta la fotografía y estas son de lo mejor que he visto.Petonets.
Pues, sin color y silencio es como yo me siento más yo. Y más viva.
Si puedo, ando a oscuras y, sin silencio no podría vivir, vivirme.
Hay quien opina que la fotografía no es se puede considerar como "arte". No estoy de acuerdo. Estas fotografías son impresionantes. Transmiten paz, quizás por la ausencia del color y por el silencio...
Que tengas un feliz fin de semana.
Abrazos
Conchi
Me gusta la idea de calma de las fotos (mucho) y de tu texto. Siento q tienes razon y hay q vaciar antes de ponerse con otras sensaciones. besos.
¡Qué hermosas fotos! Me gusta el final porque de veras son fotografías que nos invitan a entrar. Es curiosa la fascinación que puede tener para nosotros la fotografía en blanco y negro, como si tuviéramos una nostalgia secreta de nuestros primeros días en este mundo. La fotografía nos permite ver el mundo de otra manera, en grises, en sepias, etc. Casualmente ayer visité la retrospectiva del pintor francés Pierre Soulages que lleva años dedicado al color negro. Y para él es importante que el espectador se encuentre, gracias al negro, solo frente al cuadro, y ¡Cuánta luz surge de ellos!
Un saludo
Más que un cajón tu casa es una isla. Qué sosiego, que descanso de estridencias, cuantos pretextos para seguir visitándote... Petons.
A mi alma mediterránea le faltan varias reencarnaciones para llegar a esa pureza. La admiro, la envidio profundamente pero necesito color.
Aunque como María jesús, necesito de oscuros en la casa, en el día y en el corazón.
las fotos son maravillosas, pero quedan tapadas por la profundidad y belleza del texto que las acompaña.
vaciar lo que no nos pertenece.
bisagra.
ahora me retiro a reflexionar.
no me queda otro remedio.
siempre he elegido vivir sin reglas y en colores. y ademas disfrutarlos todos.
Juan, estoy totalmente de acuerdo contigo: ese silencio que es tan complicado de conquistar en nuestro medio…
Gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo
Brancalúa, ahí quería llegar exactamente: silencio para que pueda existir la música.
Me alegro de que te hayan gustado las fotografías (y los textos, claro! mucho más modestos…). Gracias por este comentario tan bonito.
Un abrazo.
Jordi, hay días grises. Tengo un buen muestrario de ellos, te lo garantizo. El paso siguiente, un posible camino del laberinto de colores que llevamos dentro, es el de despojarse. Al quitarle el color, nos liberamos para que entren colores con más vida...
Me llama la atención lo que dices sobre las pinturas con temas similares. Al ver las fotos por primera vez pensé que era como si por fin viera que no era una idealización de los pintores. No tienen por qué gustarte, claro; pero puede que si entras en ellas en un día menos marcado te dejes impresionar algo más.
En lo que no estoy nada de acuerdo es en que "en la longevidad no hay silencio ni color, es la imagen fija de un gesto pasado." Creo que hay tantos posibles colores como en otras fases de la vida, y no es la imagen del gesto pasado: puede haber una riqueza en ese presente tremenda. Lo que disminuye o se ralentiza es el gesto externo, pero no el interior... A pesar de que tengamos por costumbre detenernos poco a escuchar a los que viven plenamente la longevidad...
Confío que tu gris no dure gran cosa ni sea demasiado oscuro... Necesitamos de tus colores!
Un beso enorme.
M. Eugènia, me alegra que te hayan gustado las fotos. Yo también opino que son una maravilla! Realmente, las veo como un lugar para detenerse...
Gracias!
Una abraçada!
M. Jesús, querida, tú puedes andar a oscuras porque tu mundo ya anda lleno de colores. El silencio de lo humano es imprescindible cuando estás rodeada de naturaleza, de animales (los tuyos, los más queridos, pero también los que pasan por allí... -soy una gran amante del canto de los pájaros-). Así que andas a oscuras para sentir más los colores y en silencio, para que no perturben tus sonidos naturales. No se puede pedir nada más intenso que lo que tú vives...
Gracias por llenar espacios con tu mundo. Gracias, en especial, por traerte esos pedacitos al Cajón...
Un beso gigante.
Conchi: como tú, creo que la fotografía puede ser una gran forma de arte. Tanto, que para mí es incuestionable.
Estas fotos también me impresionan por su paz, su serenidad. Contemplar una sola de ellas durante un buen rato es un método infalible para conciliarse con el mundo...
Gracias por venir por aquí. Un abrazo.
Kanela, me alegro de que te guste sentir esa paz. Especialmente cuando alguien anda tan atareado como te intuyo a ti, dedicarse algún espacio a vivir una paz similar a la que creo que ofrecen estas fotografías es casi imprescindible para mantener la salud mental, para no perderse con tanto trajín.
Un beso.
Tajalapiz, bienvenido a este Cajón.
Me parece muy interesante lo que dices sobre la fotografía (o la pintura, para el caso de Pierre Soulages) en blanco y negro. Nostalgia de otros tiempos... Claro, no se me había ocurrido. Yo tengo un poco la sensación como si esa minimización del color despojara lo que enfoca, como si fuera hacia la esencia. Por ahí corre una entrada con fotografías de Albert G. Richards hechas con radiografías de flores: hay pocas cosas que estén más asociadas al color que las flores y es impresionante cuando las ves así, sin color, sólo con transparencias u opacidades que forman sus diferentes densidades. Es como si alcanzaras su verdadera esencia, como si pudieras mirar el mundo sin sus disfraces... Lo básico. En este caso, quizás los colores en estos paisajes confundieran la paz rotunda que pueden llegar a transmitir. Hasta ese pseudo-autorretrato (el "Only me") cobra una fuerza tremenda al presentarse como el ave negra, oteando su entorno...
He estado chafardeando algunos cuadros de Soulages (gracias por la referencia!), y creo que ha de ser toda una experiencia "meterse dentro", como dices, solo ante el cuadro; solo ante su oscuridad. Sin esa aportación que haces, hubiera visto sus cuadros de forma mucho más superficial.
Gracias por ese comentario tan completo! Tu blog es impresionante. Te enlazo en el Cajón...
Un abrazo.
Eastriver, amigo Ramon, gracias por dejarte sosegar por Don Hong-Oai. Es bonito sentir que contagias las sensaciones... Imagino entonces la impresión de un músico en el escenario, conduciendo el mundo de sensaciones... Gracias.
Esta vez tocaron tonos menores...
Un abrazo.
Emy, el color es también básico. Es otro lenguaje, igualmente imprescindible. Ésta, para mí, es una forma tenue, sutil de sustraerse de pequeños demonios, de agitaciones que no son nuestras. Es una forma, pues, de hacerle un hueco al color cuando llegue. Pero, claro, es mi forma, es mi necesidad... puede que sea algo parecido a lo que haces tú (y M. Jesús) con la oscuridad. Yo también tengo oscuridades en casa, pequeñas luces indirectas que dejan mucho espacio a la penumbra. Aun así, a veces no me basta...
Gracias por contarnos algo tan personal como lo que te llega y lo que no. Tu opinión es fundamental para este Cajón...
Un beso.
Sin reglas: qué lujo que ante estas fotografías tan impresionantes te fijes en su texto... Más que para reflexionar, son para acompañar la desnudez, incluso de pensamientos... Para mí, sí, bisagras imprescindibles.
Gracias por ser tan generoso con tu comentario! Un beso para empezar la semana con una tranquilidad alegre.
Susu, toma esto, para ti:
http://www.tu.tv/videos/ashes-and-snow-la-pelicula-pate-1-de3
Echale un vistazo, fosiliza, ya me contaras...
Un beso.
Bash, amigo, mil gracias! Qué hermoso regalo!
Este vídeo dura media hora, y ahora no es el mejor momento para verlo entero, pero los primeros minutos me han parecido una auténtica delicia! La lentitud de esa danza marina, la libertad de los cuerpos sin la gravedad... Mi mente necesita sumergirse en tu regalo, desde luego, y como tú dices, después fosilizarlo, para que se reparta por todo mi esqueleto, para que forme parte de mí.
No tengo palabras, amigo... Gracias por pensar en esta perseguidora de la lentitud (espero que se entienda que no está reñido con ser rápida y efectiva cuando hay que serlo!). Un beso gigante, que aspira a volverse lento y delicado.
Tienes toda la razón en lo que dices.
Uno en día gris lo ve todo distorsionado y se equivoca.
un abrazo
Jordi, corazón, no seré yo la que diga que el gris "equivoca"; en todo caso, me atrevería a decir que 'parcializa', que no enseña completo el panorama...
Me alegra intuir que tu gris se va aclarando... Un beso por la llegada de nuevos colores!
Susana, gracias por tu respuesta. Aprecio mucho los blogueros que responden, y de manera tan completa, con los que podemos tejer conversaciones, abrir los cajones. En un libro de Alberto Manguel me enteré de que los Tarahumaras, ese pueblo del norte de México adepto del peyote, no tienen sino una palabra para designar el azul y el verde. ¿Te imaginas? ¡Cuántas cosas cambian!
A propósito de Soulages, sus cuadros son muy grandes, lo que nos permite plantarnos indefensos ante su luz/oscuridad, espero que su retrospectiva viaje un poco.
Y muy agradecido por el enlace.
Un saludo.
Leonardo, la verdad es que yo también aprecio cuando en un blog (éste u otro) se crea un diálogo o un debate. Lo cierto es que salen cosas muy interesantes. Seguramente ésa es la causa de que haya creado la etiqueta de "tema abierto": para hacer una propuesta y escucharos, que nos contestemos, que planteemos juntos cosas que no sabemos o no tenemos resueltas conceptualmente.
Es el caso del azul/verde de los mexicanos del norte de que hablas. No tenía ni idea, ni me lo podía imaginar, porque los hago rodeados de mil tonos distintos al menos de verde, y pareciera que eso tendría que llevar a una mayor riqueza en la expresión. Como lo que sucede con algunos esquimales con el color blanco (no recuerdo el número, pero quizás eran cientos de términos para referirse a ese color al que nosotros apenas distinguimos matices, y un centenar de palabras para designar los distintos tipos de nieve). Quizás mi error sea interpretar que se necesita de un vocabulario para nombrar la realidad. Que todo debe clasificarse con un nombre para dar a entender que existe. ¿Sería ésa una forma muy occidental de verlo? Puede que ellos no precisen de esa precisión racional para alcanzar lo importante. Quizás no necesiten siquiera pensar o comunicar esos conceptos, sino que les vale con sentirlos. Quizás el peyote les ayude a ello. O no... ¿Conoces bien ese mundo? Si algún día te apetece darnos tu opinión, será un magnífico regalo para el Cajón.
Gracias a ti por volver a pasarte y por tu generosidad con estos comentarios!
Un abrazo.
Sí, es un misterio esto de los colores. Y los Tarahumaras, ni hablar (hay que leer a Artaud o el "viaje a Ixtlán" de Carlos Castañeda). Algo que no me queda todavía muy claro, que no logro conceptualizar es la no-existencia de los colores, puesto que se fabrican en los ojos. Y no sé si los límites del lenguaje sean los límites del mundo, como dice algún poeta que no recuerdo. Estoy hojeando un libro de Michel Pastoreau, una historia del color negro muy interesante, todo, ya ves desde estas fotografías de Don Hong-Oai.
Y, por lo de los comentarios, pues siempre trato de volver a mirar las respuestas a los comentarios que dejo, me parece que es una forma de cortesía muy sencilla, es verdad, toma tiempo (y no siempre lo tenemos), pero como tú lo dices, hay intercambios que pueden resultar muy enriquecedores...
Saludo
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