No hay olvido: las alimañas de la oposición son los asesinos del 3 de marzo


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En la película-reportaje “Llach: la revolta permanent", se abordan los hechos que tuvieron lugar en Gasteiz (Vitoria) el 3 de marzo de 1976. Es decir, cuando hacía ya unos meses que Franco había muerto pero se mantenían en el poder los ministros de la tétrica dictadura franquista.

En esa fecha, los trabajadores, sin ningún derecho todavía, se reunieron pacíficamente en un lugar hasta entonces respetado por las fuerzas de aquel poder: una iglesia. Se fueron añadiendo nuevos trabajadores, decididos a plantear una huelga para conseguir algunos derechos laborales, como las 40 horas semanales, la cobertura de la seguridad social, o el propio derecho a la asamblea. Los empresarios eran contrarios a este tipo de formas organizativas y, con ellos, naturalmente, las autoridades aún franquistas.

El reportaje recoge las conversaciones que mantenían los policías que cercaban la iglesia de San Francisco de Asís con sus mandos, que a su vez estaban a las órdenes de las más altas instancias: el ministerio de gobernación (comandado por Manuel Fraga) y el de sindicatos (encabezado por Martín Villa). Los ‘grises’ describen la situación y dicen, literalmente, que para desalojar el templo necesitan refuerzos y el uso de las armas de fuego, lo que puede resultar en “una masacre”. Algo más tarde, los responsables autorizan el desalojo.


En un primer momento, los policías rompen cristales de la iglesia para lanzar gases lacrimógenos, de forma que los trabajadores que había reunidos allí, unos 6.000, tuvieran que desalojar el local. Así fue, y tal como iban saliendo, los grises les iban disparando (en palabras de una testigo) “como si se tratara del tiro al pichón”. Hubo más de un centenar de heridos de bala, y cinco muertos. Entre ellos, menores de edad. Entre ellos, varios disparados por la espalda. Varias veces. El responsable, entonces, no olvidemos, Fraga.




  • Lluís Llach compuso el disco ‘Campanades a morts’ justo después de seguir la noticia de aquellas terroríficas muertes.

  • Uno de los protagonistas del documental paseaba, con tres amigos, por las inmediaciones de la iglesia unos días después de aquellos hechos. Las fuerzas ‘del orden’ consideraron que aquello era una “reunión ilícita” (todas las reuniones lo eran), por lo que los apalearon sin compasión hasta herirlos de gravedad. Entre otras secuelas, a este hombre, sólo un muchacho entonces, le evisceraron el ojo izquierdo.

  • Treinta años después, en 2006, una manifestación pacífica recorre las calles de Vitoria recordando aquellos sucesos y pidiendo, una vez más, justicia, y la policía autonómica carga con fiereza contra los manifestantes. ¿Alguien entiende algo?


Los ciudadanos de a pie es probable que nunca sepamos qué se pactó durante la transición, ni qué tipo de indulgencia sobre aquellos monstruos fascistas debió concederse para que pudiera iniciarse el proceso democrático. Pero no podemos ni debemos renunciar a nuestra memoria. No podemos olvidar que el alma del PP está habitada por aquel mismo demonio franquista. El mismo que designó a Aznar (o AzWar, como recoge en su blog Ramon). Los mismos, como es bien sabido, que participaron en la guerra de Irak con pretextos sin pies ni cabeza. Los mismos que desviaron las subvenciones del ministerio de cultura a la Fundación Francisco Franco, de forma que se convirtió en la entidad con la subvención más importante mientras el PP estuvo en el poder. Los mismos que habían previsto ya, hace pocos años, cuando aún estaban en el poder, imponer la asignatura de religión en las escuelas, con más carga lectiva que matemáticas o lengua. Los mismos, en fin, que no han cambiado ni un ápice su actitud, ni su ideología, ni su nepotismo genético; sólo los han medio enmascarado. No podemos cambiar los pactos, sentarlos en el banquillo de los acusados, ni hacerles pasar cuentas por tantos asesinatos, por tantos robos al pueblo, por tanta masacre. Pero podemos, y debemos, no olvidar quiénes son.

  • He dejado reposar el estado del que salí de la película durante 24h antes de escribir esto. Lluís Llach cantaba en Vitoria su composición de ‘Campanades a morts’ cuando hacía 30 años de aquella masacre y permanecían (como ahora) los responsables sin ser juzgados. Sentí un tremendo arrebato de emoción cuando les grita “Assassins!”. Cuando salían los créditos seguía llorando de rabia y de impotencia. Tenía tantas ganas de gritarle al mundo que ya no podíamos tener más de eso. Nunca más en el poder. Más víscera que mente. Nunca, nunca más; que no haya olvido. Mi deseo: que la Reina nunca deba sentir algo parecido por alguien que, provisionalmente (por desgracia), se mantiene en la oposición. Que no olvidemos. Que no nos volvamos a creer jamás sus falsedades. Que nunca más vuelvan a someternos, y menos aún con el beneplácito del pueblo.





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(El concierto de Lluís Llach, también de 'Campanades a morts', corresponde al que hizo en Valencia, no en Vitoria, porque me ha parecido que tenía mejor sonido)

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12 comentarios:

imaginari dijo...

"Ayer por la tarde un hombre de ciudad
hablaba a la puerta de la fonda.
También conmigo hablaba.

Hablaba de la justicia y de la lucha para tener justicia
y de los trabajadores que sufren,
y del trabajo constante y de los que tienen hambre,
y de los ricos, que tienen sólo espaldas para eso.

Y, mirándome, vio lágrimas en mis ojos
y sonrió con agrado, creyendo que sentía
el odio que él sentía y la compasión
que él decía que sentía.

(Pero yo apenas le estaba oyendo.
¿Qué me importan a mí los hombres
y lo que sufren o suponen que sufren?
Sed como yo; no sufriréis.
Todo el mal del mundo viene de preocuparnos los unos por los otros,
ya para hacer bien, ya para hacer mal.
Nuestra alma y el cielo y la tierra nos bastan.
Querer más es perder esto y ser infeliz).

En lo que yo estaba pensando
cuando nuestro amigo hablaba
(que me conmovió hasta las lágrimas),
era cómo el murmullo lejano de los cencerros
en ese atardecer
no parecía las campanas de una capilla pequeña,
a la que fueran a misa las flores y los regatos
y las almas sencillas como la mía.

(Alabado sea Dios porque no soy bueno
y tengo el egoísmo natural de las flores
y de los ríos que siguen su camino
preocupados sin saberlo,
sólo en florecer e ir corriendo.
Es esa la única misión en el Mundo,
esa: existir claramente
y saber hacerlo sin pensar en ello).

Y el hombre se calló mirando hacia poniente
pero ¿qué le importa al poniente a quien odia y ama?"

Aquest poema d'Alberto Caeiro expresa el que jo sentía mentre llegia la teva entrada. I la "Música aquática" de Haendel m'acompanyaba.

petons

Bashevis dijo...

Nadie entiende nada. Y “la inmaculada transición” no terminara, hasta que no se haga justicia en este y otros temas. Estuve en ese concierto de los 30 años en Vitoria… apoteósico. Cargado de rabia y emoción.

Gracias por traer este suceso. Por no olvidar quiénes son y fueron. Y señalarles con el dedo.

Estaba escuchando a Yasmin Levy… ahora me llevas a Llach. Gracias y SaLuz.

@SusVersiva dijo...

Amigos, es fantástico leeros aunque no pueda estar gran cosa por aquí...
Estos días próximos voy a llevarme a la reina unos días fuera, a casa de una amiga. Aún estoy dudando de la conveniencia de llevarme el portátil. Así que no sé si escribiré.
Tengo mil cosas que comentaros y, sobre todo, que agradeceros. También tengo que leer con calma a los que tenéis blogs 'nutritivos'. O bien a los que tenéis la consideración de traer a mi casita poemas o reflexiones que embellecen el lugar o que hacen pensar. Llegados este punto, sabed que os necesito...

Besos mil, y hasta prontísimo!

guille dijo...

1.- de acuerdo con tu apreciacion de la oposicion que no merecemos.

2.- de acuerdo que sabemos los nombres de los culpables.

3.- de acuerdo en lo fundamental, no olvidar.
no dejar que vuelvan a por la poltrona.

4.- estuve en el magno concierto de llach en tarrasa, la primera vez que se quito la peluca, la primera vez que me puso la piel de gallina con su extraordinario "viaje a itaca".

5.- ¿te dije que me gustas indignada?

6.- no se si podre vivir mucho tiempo mas sin ti.

7.- jijijijijijijiji

Eastriver dijo...

Que sí, que siento la misma indignación al leerte. Indignación por esos pactos e indulgencias que tú traes a colación y que muchos ciertamente sospechamos. Te preguntas si alguien entiende algo. Sí, alguien sí. Pero mejor mirar hacia otro lado, no como evasión sino como meta. Muchos besos y gracias por esa rabia necesaria, por esa emoción del gran Llach, evocador de emociones. Como tú misma, amiga.

Eastriver dijo...

Per cert, per una vegada coincideixo 100% amb el senyor imaginari (sense que serveixi de precedent, jeje). El poema de Caeiro, segurament des de la Brasileira do Chiado, dóna la resposta a totes les preguntes que ens poguem fer. I combinar Llach amb Haendel, deu ni do, què inspiradors esteu avui tots plegats.

Stalker dijo...

Hoy abandono toda retórica: son unos hijos de puta.

Abrazos, Susana

(no he podido contenerme)

Liquem Nuc dijo...

"Las heridas cicatrizan, sí, pero la cicatriz crece contigo". Tristemente este aforismo ni siquiera es aplicable a este Estado, no se han cerrado todas las heridas, ni mucho menos...

PÁJARO DE CHINA dijo...

Susú: Yo no puedo decir más ni mejor que Stalker. Son unos hijos de puta. A veces, en Buenos Aires, sentada en un cine, en un teatro, caminando por la calle o revolviendo discos en una disquería, me pregunto cuántos de ellos me rodearán, con caras de buenos padres de familia (como en "La muerte y la doncella", de Ariel Dorfman). El problema mayor no son ellos. Son (somos) los que permitimos que estén ahí.

Un abrazo inmenso y buenos días de aventura con la reina.

Kanela dijo...

Pues si conviene recordarlo si, sobretodo cuando llegan las elecciones y vuelven a votar a los dictadores que es para alucinar vamos.Que buenos comentarios tambien. Besos.

Roberto dijo...

Susana! vaya tesoro que nos descrubres...

yo vi esa joya hace un par de meses, me deslumbró, me estremeció, había momentos que me moría de rabia...

que hermoso es el catalán...y si encima lo acaricia Lluis Llach pues el delirio...

un beso enorme...tus sugerencias simplemente me encantan

Roberto dijo...

Pufff..Susana escuché otra vez las "campanades"...y la rabia se me come el corazón...
otra tarde que incendiaste de belleza...gracias, muchas gracias