La vuelta

.



Vértigo ante la muchedumbre.
La vuelta me atemoriza como a un niño la oscuridad. Quizás sea igualmente oscuro este no saber. Igualmente vacío y falto de referencias.

Y hay una fisura retorcida que me dice si mereceré el cariño y el consuelo del adulto a mi cargo. O dirá niño no molestes y me dejará seguir cayendo con mis miedos.

Pudiera fermentarme bajo este sol que me envenena. Dos, tres días sin asir la mano que me devuelve a aquella paz bastarían para agriarme. Los espacios trepidan. La polución colisiona con mi ansia de escapar más recóndita: por hueca o por puro negra. Y yo siento ganas de gritar por miedo a que se me desdibujen sus sonrisas.


Vacío.
Sin referencias.
Pero de vuelta.

Como pudo sucederle a la mariposa, se desmaya al ver de pronto la fragilidad de todo lo que la hace volar.
En cambio el mundo, toda esa muchedumbre sabiendo exactamente dónde decide ir para hacer qué tipo de cosas.
Bate una sola ala y la atropella nuevamente el vértigo. Busca desde su escondite, pero para que no la vean, no ve.
Estudia itinerarios mentales como mapas de instintos, y pudiera avanzar de frente o simplemente huir.
Discernir entre la mano amiga y la del codicioso coleccionista. Volar se vuela a solas. El miedo se digiere sólo con enzimas propios.
Halla entre los esfínteres prietos restos de crisálida. Se suceden las arcadas hasta por fin vaciarla. ¿Vomitó restos sin digerir de espanto y desaliento?
Brinca –¿paso de sapo?−, y ahora le es mucho más sencillo avanzar hasta la rampa de salida…Fuera puede haber algo igualmente vacío y falto de referencias, pero siente que ya, así, no va a adentrarse de nuevo. Por algo no es hormiga, sino cigarra; perdón, quise decir… ¿gusano con alas frágiles e inexpertas?

.

7 comentarios:

imaginari dijo...

Cuántas lecturas e interpretaciones me vienen a la mente leyendo tu entrada.
De nuevo la soledad individual frente a la colectiva. La búsqueda de lo otro sin abandonar lo propio. Dejar lastre para avanzar mejor. La propia inseguridad inmóvil frente a la inercia ajena. Entre la permanencia y la transmutación. Los miedos desconocidos y el aprendizaje del saber. Y así eternamente, como las preguntas que nos hacemos.
Tus palabras quieren volar o, talvez brincar, o ni uno ni lo otro, quizás busquen un camino tranquilo, donde las dejen simplemente caminar.

Beso de un gusano, pero los de manzana.

Eastriver dijo...

Susana, tu post inaugura formalmente mi otoño. Pero no el de, qué bien, volvamos a la tranquilidad y a la rutina. No. El recién inaugurado es el otoño de las hojas caídas, del frío sugerido, de las islas dibujadas (ese corazón que no existe es una antiisla, o una isla de agua casi, que es lo que son los lagos... un mapa en definitiva). Y el poema, tan bonito, que nos habla de miedos que regresan, como el frío, como las hojas caídas... Como en algunos de los textos que escribes, acaso los que prefiero, se puede percibir la humanidad, ese poso de sentimientos en los cuales me reconozco y que tiñen casi literalmente tus palabras. Son casi una letra de canción, muy melancólica.
Qué bonito y qué fácil comentar tus poemas. Hay tanto tuyo que si uno no te conociera aprendería a quererte a través de ellos.

PÁJARO DE CHINA dijo...

"Itinerarios mentales como mapas de instintos". "Distinguir entre la mano amiga y la del codicioso coleccionista". "Los espacios trepidan". Es así, exactamente así.

La muchedumbre está hecha de criaturas extraviadas. Nadie sabe exactamente a dónde va y para qué. Y los que creen saberlo, bueno ... ("bienaventurados los que lo tienen claro, porque de ellos será el reino de los ciegos").

Puedo sentir la temperatura y tomarle el pulso a lo que escribís. Es puro nervio.

Sos mariposa, sin duda. Tus alas nunca se quemarán, eso lo sé muy bien.

Dormir y arroparse en casa, un rato largo, antes de volver a salir a la calle. La brújula es el instinto (presiento que no hay otra), por eso tu mapa es el que sirve.

Beso tus alas.

PÁJARO DE CHINA dijo...

P.S.: Ah, sí, y vomitar lo intolerable. Es tan cruda y precisa tu imagen. Sacarlo de uno. Expulsarlo de sí.

Roberto dijo...

tu texto se autodevora de belleza...

eres una entomóloga-poeta fantástica!

la inauguración de la exposición fue un exitazo. Fue muy divertido y conocí a un montón de gente interesante...

hablando de conocer gente, estoy en barna hasta el domingo, si te apetece una cerveza, no tienes mas que decirtelo (me lo pones al correo), me encantaría conocerte...como tu veas..

un beso compañera...no dejes tu visceralidad nunca de lado

Kanela dijo...

Hay unas cuantas frases que me han impresionado. Me parece un texto muy bonito aunque ya sabes que estos temas no son mi fuerte. Pero frases tan bonitas que mira si no me lo tomo muy a pecho pues es menos grave. Precioso. Besos.

Liquem Nuc dijo...

Un clásico de O. G.

"Invitación al vómito"

Cúbrete el rostro
y llora.
Vomita.
¡Sí!
Vomita,
largos trozos de vidrio,
amargos alfileres,
turbios gritos de espanto,
vocablos carcomidos;
sobre este purulento desborde de inocencia,
ante esta nauseabunda iniquidad sin cauce,
y esta castrada y fétida sumisión cultivada
en flatulentos caldos de terror y de ayuno.

Cúbrete el rostro
y llora...
pero no te contengas.
Vomita.
¡Si!
Vomita,
ante esta paranoica. estupidez macabra,
sobre este delirante cretinismo estentóreo
y esta senil orgía de egoísmo prostático:
lacios coágulos de asco,
macerada impotencia,
rancios jugos de hastío,
trozos de amarga espera...
horas entrecortadas por relinchos de angustia.