No me creo

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Incredulidad de Santo Tomás. Caravaggio,1602.


Con el brusco egoísmo de las nubes, que nos ensucian el cielo por tomar el sol. Tomo dosis de sonrisas que me despierto amablemente. Tomo mi sol que me fabrico porque, ya se sabe, poca calidez ahí fuera. Etcétera. Converso sin creerme porque, también se sabe, apenas ninguna aquí dentro. Enjuto el diafragma para tomar más aire pero se me afilan solas las costillas. Me dibujan el mapa intestino y sé que puedo caerme dentro. Sé que temo que me engulla y trastoque los humores que tanto me costó alzar y hacer ver que. Sé que tampoco mis carnes ni mis sangres, la embrutecida ni la oxigenada, son más de verdad. Lo he sabido a veces, cuando me he visto de lejos, luchando con mareas que cabrían en una gota de hiel. Siempre que fuera ajena.

Y yo, que ya fui piedra, vuelvo a ser arcilla una y otra vez. Y vuelve. Se parapeta ante mí, con sus brazos en jarras y sus demonios tatuados. Tener fuerzas para levantar la mano que bastaría para borrarlo.

Sé que amar, sufrir y aprender es mucho mejor que no estar vivo. Y sin embargo, a veces, cuando me tapan las nubes, quisiera tanto dormir… Caminar como un cadáver de fabulosos metales impracticables. Andar dibujando X de colores en cada huella del laberinto. Ser la piedra que ve y no es vista. La que no yerra porque no espera caminos.

Tengo el espíritu cariado y las palabras se derrumban a mi paso.

Estoy aquí, más hundida que sentada, y nada puedo hacer para izarme de nuevo hasta que la oscuridad no me haya digerido lo suficiente. No me creo. No me creo, pero mientras tanto, joder. Marrón, pegajoso y hediondo: una puta mierda.

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12 comentarios:

Jordi Pascual Morant dijo...

El realismo en la pintura pocas veces me conmueve, en ésta imagen que nos ofreces me impacta el círculo de cabezas centrales que dirigen la mirada a un roto de la piel, que podría ser el del mismo lienzo.
Tu escrito me ha emocionado. No se puede escribir con esa intensidad sin estar en el mismísimo infierno. Si lo escribes desde el cielo, puedes considerarme absolutamente crédulo de tu engaño.

Eastriver dijo...

Ese Caravaggio que prefiero tantísimo, de Sant Tomás metiendo literalmente el dedo en la llaga, qué plasticidad, se aviene como anillo al dedo a tu texto. Intenso, desgarrado. Se sabe verdad. Se sabe verdad porque pica, duele, pincha, molesta. Todos nos hemos sentido un poco así, o un mucho así Tu texto es un poema o una patada, no sé, y a estas alturas da igual. Si algún valor tiene la literatura es justamente ese. Que sus formas desaparezcan y uno no sepa. Y que acabe siendo de la misma materia que el cuadro de Caravaggio: la misma plasticidad, la misma sorpresa, la misma intensidad.

Bashevis dijo...

La incredulidad de Bash. “Yerrando” se aprende. También siendo piedra desapercibida.
“Quiero” que te libres del esputo, que nos borres en la consulta del centro del laberinto. Horadando el espíritu, ahondando en la fuerza.

Caravaggio. Hace un año lo visitaba, durante un año lo hice. Ahora encajonado, lo veo entre tus flores, escuchando a Yasmin Levy.

Sempiterna Salud&Suerte, Siempre.

Stalker dijo...

El texto es excelente pero me entristece el desaliento que, previsiblemente, ha inducido su escritura.

Nada, apenas: un abrazo para izarte un poco...

Kanela dijo...

Siento muy proxima esa sensacion de estar mal y saber que no tiene demasiada importancia pero no poder evitarlo. Bueno un poco si se evita pero nunca del todo. El texto pues dice genial lo que siento pero si es lo que sientes ahora todo mi cariño para ti. Besos. (y sino tambien).

Anónimo dijo...

Querida mía: ni espíritu cariado, ni hedor incrédulo puede generar texto así.
Si así fuera, bienvenidas la desventura y la inmundicia para celebrar la llegada de la poesía.

Anónimo dijo...

Señoritas (disculpen caballeros, este es un comment de género):

ayer ví una comedia sencilla en la tele que me hizo morir de risa y de amor: Alguien tiene que ceder, con Diane Keaton y Jack Nicholson.
Se las recomiendo, es altamente sanadora, cosa que a veces no es el cine que queda bien recomendar.

Rosa dijo...

Es un texto nacido de tus entrañas. Igual me equivoco, pero solamente quien siente así puede trasnmitirlo con tanta fuerza.
Sí, es mejor amar y sufrir que no estar vivo. Cuando amas es todo tan, intenso?, sublime? especial?, pero cuando sufres es una caída libre el infierno.
Un abrazo desde la madrugada
Cuídate

guille dijo...

te lei y mi famosa ironia salio corriendo.

te lei y desee que los puentes siguieran abiertos y no hubiera precipicios insalvables, hasta desee que el estado "cerveceril" te invadiera para calmarte.

te lei, y fui a buscar inspiracion a mi libro de la inspiracion y en la misma pagina encontre cuatro frases (no se si alguna va bien, pero me gustaros):

* "algunos creen que esto es la primera parte, pero no saben de que."

* "dentro del miedo no hay donde esconderse."

* "las cosas que han pasado cambian constantemente."

* "esperanza es la palabra de la que uno se acuerda despues de haber caido en un agujero."

un abrazo acompañado de beso como mapa para que te re-encuentres.

Lola Torres Bañuls dijo...

Hola Susana.

Bueno este texto esta muy bien escrito, pero me gustaría que solo fuera ficción.

No sé que más decirte.

Pero te mando esto: Lao Tsé. A mi me resulta leerlo cuando estoy un poco así.

Realizar el vacío.

Ni el cielo ni a tierra muestran benevolencia; tratan a las cosas del mundo como si fueran perros de paja.

Tampoco el sabio es benevolente; trata a las personas como si fueran perros de paja.

El espacio entre cielo y tierra es como un fuelle: exhala vacío sin cesar.
Cuanto más se lo mueva, tanto más exhalará.
h ás se habla de él y menos se lo alcanza.
Es mejor mantenerse en el centro.


Un abrazo Susana.

Liquem Nuc dijo...

"First rule of holes: stop digging."
Cuando todo está oscuro a mi alrededor recuerdo un epitafio: "Con lo que he amado las estrellas no voy a temer la noche."


Aferrada.

@SusVersiva dijo...

Disculpad que en esta ocasión no personalice los comentarios. Gracias, gracias a todos. A los que habéis rescatado de vuestros momentos oscuros particulares algunas recetas mágicas, a los que me habéis arropado de una u otra forma.

Apenas un pequeño descenso para tomar mayor impulso... y para no olvidar de dónde se viene.

Aun así, y aunque ya lo he dicho en ocasiones, es mágico leer con esta proximidad de ahora mismo... Nunca pensé que esta aventura del Cajón pudiera traerme afinidades de esta altura... Quién iba a decirme un día de esta fortuna. Las suertes están hechas de cosas extrañas a las que agarrarse. Los abrazos, las estrellas, las llagas en el costado... cuanto llega es un peldaño de tierra bien firme. Puede que nunca pueda caerse ya tan hondo teniendo tanto...

Besos enormes.