Hernández: mi regalo de Reyes

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(piticliiiin)


- ¿sí?

- Hola, ¿Susana?

- Sí, soy yo. ¿Quién es?

- Le llamamos de la oficina de Oriente, le paso con sus Majestades los Reyes Magos.

- Joer.

- ¿Susana? Soy Melchor…

- ¡Qué fuerte! ¿Llamáis por las reclamaciones de la carta del año pasado?

- Pues no, no exactamente.

- Ah, que lleváis retraso: ¿de la carta del año anterior?

- Que no, que tampoco…

- ¿Pues entonces por cuál? Que ya he perdido la cuenta…

- No nos seas pesadita, que ya tendrías que saberlo: te podemos traer un tren eléctrico o convertir las cenizas en incienso, pero para lo de la paz del mundo, para que se acabe el hambre y esas cosas, tienes que escribir a los santos milagreros, ¡que nosotros sólo somos magos!

- No, si santa Rita, la de los imposibles, ya tiene un arsenal de peticiones, pero también me da largas…

- Ya, ya nos lo dijo en la cena de Navidad que tuvimos en el trabajo.

- ¡Qué fuerte! ¿Estaba Papá Noel también?

- No: ése pasa porque siempre bebemos vino y le da mal rollito que no haya coca-cola.

- Qué intransigencias, hay que ver… así hace esa pinta poco saludable, de candidato a infarto.
- Bueno, dejemos el tema, que nosotros te llamamos porque nos tienes hartos.

-
¿Yo????? Pero bueno, ¿¿esto qué es?? A ver, pásame con Gaspar…


(voces: si estamos con el manos libres, bonita; Nosotros SÍ nos ponemos de acuerdo!)
- Ah, perdón, es que no os hacía tan modernos

- Que tengamos que hacer el numerito de los camellos para vosotros no significa que no estemos al día. / Pues claro, que cada aparato nuevo que nos piden lo probamos nosotros: una especie de control de calidad.

- Jolín, qué día de sorpresas…

- A lo que íbamos, que este año no hemos aguantado ya más…


- ¿Es que he sido mala?

- No del todo. No se puede decir que seas mala persona, la verdad. Es más, con tu hijita eres todo lo buena que dios te da a entender.

- Bueno, ¿ahora hablamos de dios??? , ¿¿es que lo tenemos que meter a él también??

- Querida, somos un consorcio. Es lo que hay.
- Buf, me callo. Sólo espero que no hagáis un ERE, que la gente está muy necesitada este año…

- No, si ya… Que somos magos, oyes.

- Perdón, claro, claro. Seguid, que no he dicho nada.

- Pues eso, que no eres mala persona, pero llevamos siglos oyéndote lo de tus deseos imposibles, así que hace mucho que te quedas sin regalos.

- Eso, y queremos sugerirte que este año, a ver si en lugar de lo del hambre puedes pedir una licuadora, como todo el mundo…

- Si en lugar de lo de las guerras, que está muuuy complicado (hemos hecho una prospección de mercado y… uf), no querrías una lavadora, que la tuya hace tiempo que chirría peligrosamente…

- ¡¡Pero esto es una vergüenza!!

- No te pongas chula que hemos visto cómo despotricabas contra la monarquía, a ver si te ofrecemos sólo una lata de anchoas.

- Pero es que esas cosillas no son lo mío! Ofrecedme algo más, ¿no?

- ¡De eso nada!Déjala que hable.A veeeer, ¿qué quieres?

-
¿Podría ser al menos que se acabaran las dictaduras?

Ya os lo decía yo: mejor un mail con nuestra resolución y fuera.

Espera, dale una oportunidad.—Susana, hija, eso tampoco puede ser, queda fuera de nuestro alcance.
- Vaya por dios (este… pedidle perdón a vuestro socio, que me ha salido sin querer). ¿Podría ser que el PP dejara de mentir?

- (¿Será bruta?)- No, hija, eso sería tanto como pedirnos que desapareciera, y ellos, los que nos piden que tenga más fuerza, que la gente se trague sus mentiras, son mayoría y además tienen un cierto enchufe en otro departamento.

- Jo, pues vaya… Yo pensaba que dios no les iba a hacer ni caso, por malos.

- No, si no es él, es del departamento de compras, que como son los mejores clientes y han canonizado a unos cuantos de los suyos, pues… ya sabes cómo van estas cosas.

- ¿Qué se acaben las torturas?

- No.

- ¿Qué las grandes empresas empiecen a ser justas?

- Imposible.

- ¿Que los gobiernos hagan políticas limpias?

- Ni hablar.

- (silencio estilo cortaplumas)

- Bueno, pues ya me diréis, entonces…

- Querida, igual no lo has notado, pero hace años que, como no podemos traerte todas esas cosas del todo imposibles que pides, te regalamos amistad: personas excepcionales; sensibles, inteligentes, muchas de ellas escriben fantásticamente bien, personas que te rodean, te enseñan y hacen que tu vida sea más feliz.

- Ay, ¡¡eso sí!! ¿Es gracias a vosotros? Ya no podré criticaros más… ¡hay que ver qué maravilla de amigos tengo!

- También, que lo sepas, te hemos concedido otra cosa: capacidad para emocionarte ante la buena literatura y ante casi toda la buena música.

- ¿Cómo? Pero si la literatura me gusta desde que me regalaron las Rimas de Bécquer, como a los 7 añitos. Y la música, uuuufff, ¡¡creo que desde siempre!!


- Exactamente.


- ¿Entonces…?


- Sí, nosotros. Figúrate: aún eras virgen. (Scchhht, dijimos que nada de reproches a su moralidad tan ‘personal’; Que no, coñe, que era una referencia temporal nada más; Sin tonterías, que esta noche te quito la PlayStation.- Glups. Bueeeno).


- Increíble. Y, entonces, ¿qué proponéis regalarme a cambio de mis habituales cartas?


- Hemos pensado que lo mejor era mantenerte rodeada de grandes inmensas personas y, además, hacerte partícipe de una buena muestra colectiva que tiene, además, que ver, con tu amor a la literatura y por tu admiración a las personas valientes.


- Ay, lo de las grandes personas síiiii, pliiiiissss. Haced además que sepan que las quiero tanto, que las valoro como nadie, que son tan importantes para mí… ¿Y eso otro, la “muestra colectiva”?


- Tema “grandes personas” chaaaaaaaan, concedido!!Por supuesto.Eso, ahora ya saben cómo las aprecias: en cuanto lean esto se sabrán admiradas, queridas y necesarias para ti.


- Bueno, eso me alivia un poco ya…


- En cuanto a la “muestra colectiva”, te regalamos un importantísimo regalo: un poema de Miguel Hernández, para que homenajees su figura junto a buena parte de esas personas que tanto admiras…


- ¡Caramba! Cómo os lo agradezco… ¿Miguel Hernández, el que fuera cabrero y estudió cuanto pudo con grandes dificultades y mucha fuerza de voluntad? (a ver si le habéis puesto un nombre que puede llegar a ser tan común a uno de vuestros camellos y me quedo yo compuesta...)


- ¡Y sin novio! Sí, ya lo sabemos. Pero el Hernández por Oriente no se estila mucho... (jijiji).-- Que te calles-- Sí, el que resistió hasta el fin del lado del gobierno derrocado por Franco.


- ¿Una república, para más señales?


- (Gggrrrr.Aguanta, Gaspar, que por una vez que hablamos con ella−).

- No, si va a resultar que sois magos y, además, geniales.


- (sonrisas tan grandes que hacen hasta ruido: clink pataclak plussskk)


- (¡Jiji, te dije que al final caería! Scchhtttt, baja la voz.)

- Bueeeeno, este… gracias.

-
Que sepas que además tu Reina –otro pedazo de regalo nuestro te ha encargado unos pendientes en la tienda del todo a cien, que te hacen juego con los del año pasado.

- Para que dejes de decir que no te concedemos regalos. Que de mágicos nada. Que todos los reyes somos iguales y blablabla.


- Vaaaaale. Sólo pongo una condición.


- (Vas a ver tú). ¿Cuál, si se puede saber?


- Poder seguir leyendo MI poema de Miguel Hernández por más días y seguir tan magníficamente acompañada hasta mi próxima carta por lo menos…


- (el año que viene por SMS, que tiene menos sitio para pedir; pobre, si es que lo del hambre no lo solucionaremos en tres mil millones de años, ¿qué más da?Tú verás, pero con ésta, como quedes en contestar a su carta por SMS, nos quedamos sin saldo.-- ¿Entonces? ¿decimos que sí y ya está?Venga.—Dale.—


- CONCE DI DO ¡!!





Sigo en la sombra, lleno de luz; ¿existe el día?
¿Esto es mi tumba o es mi bóveda materna?

Pasa el latido contra mi piel como una fría

losa que germinara caliente, roja, tierna.

.
Es posible que no haya nacido todavía,

o que haya muerto siempre. La sombra me gobierna.

Si esto es vivir, morir no sé yo qué sería,

ni sé lo que persigo con ansia tan eterna.

.
Encadenado a un traje, parece que persigo

desnudarme, librarme de aquello que no puede
ser yo y hace turbia y ausente la mirada.
.
Pero la tela negra, distante, va conmigo

sombra con sombra, contra la sombra hasta que ruede

a la desnuda vida creciente de la nada.
.

Miguel Hernández
.
(Por la memoria de uno de aquellos grandes que nos arrancó la dictadura. Para que nunca se pervierta el sentido de su obra ni de su vida.)

* * *


Dijo de él Pablo Neruda:



Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!


(P.D. Feliz mágica jornada a todos!! En especial, a todos los que hace años que deseáis "milagros" casi imposibles, a todos los que hacéis que mi vida y hasta el mundo sea mucho mejor, y a todos los que os habéis sumado a la causa M.Hernández.).



11 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Gracias a ti, por lo mismo.
Y por arrancarnos una sonrisa, incluso con lo que habitualmente solo merece muecas de desaprobación.

Felipe Medina dijo...

Gracias por ser como eres
Gracias por ese corazón tan inmenso
Gracias por tu generosidad
_____________________________

Extraordinaria entrada

Abrazos

Isabel Martínez Barquero dijo...

Susana querida, he terminado la entrada con lágrimas en los ojos. El poema de Miguel, estupendo, como todos los suyos.

Pero quiero centrarme en ti, en tu impresionante entrada. Me ha emocionado muchísimo. Es de lo mejorcito que he leído hoy. Un texto ágil, sensible, reivindicativo, agradecido, honesto, casi aniñado con un aniñamiento delicioso. Suscribo íntegramente tus peticiones a los Reyes Magos.

Me faltan palabras. Me has emocionado hasta el tuétano.

Te quiero "un puñao".

Eastriver dijo...

Uaaaa, qué inspirada... Molt bonic tot plegat. Ets un sol.

Culturajos dijo...

Vaya forma de enfrentarse a un homenaje a MH! Me ha encantando la forma y el fondo. Además el tal Pablo Neruda también se ha unido al homenaje. Estos reyes magos son la leche, el turrón y el agua de los que tenemos más de camello que de reyes.
Salud desde culturajos

El Pinto dijo...

Guapa muy guapa e interesante tu propuesta
Un abrazo solidario

Xavi Giménez dijo...

Susana, simplemente genial. Por cierto, he pedido a los reyes ser amiga tuya y poder leerte un año más, para no abusar. El año que viene pediré lo mismo otra vez.
Petons

Bashevis dijo...

Inspirada, susu, inspirada estas. Se te abraza entre redes y nodos, has sabido hacer de un simple homenaje (a los que no soy muy dado, aunque intuyo a su vez que me paso el día haciéndolos), un texto potencialmente bello.

Un abrazo.

Ciberculturalia dijo...

Estupenda entrada, querida Susana.
Ya reincorporada a la vida digital aunque con dos días todavía de vacaciones.
Un abrazo y que nuestro 2010 nos sea grato y lleno de energía.

Antonio dijo...

Observo en ti, amiga mía, la cenital luz del Sur a que hace referencia Pablo Neruda, la viveza, imaginación y capacidad creativa que otorga la luz del viejo mediterráneo.
Es un placer disfrutar de tu genialidad. Miguel Hernández estará hoy contento en el olimpo de los poetas por el homenaje que le otorgas.
Un beso

Leonardo dijo...

Pues, jolines, qué regalo ameno que he tenido esta noche!
Abrazos y buenas ondas
leonardo